Presentan el libro "Voces de libertad", editado por la Unión de Expendedores y Voceadores de Periódicos de México
Comunicado No. 976/2010
30 de junio de 2010
***Contiene textos de Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Humberto Musacchio y Cristina Pacheco, entre otros
Con una centena de fotografías de los acervos de los hermanos Casasola y Nacho López, además de grabados y ensayos de cronistas y escritores como Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Humberto Musacchio y Cristina Pacheco, fue presentado el libro Voces de libertad, editado por la Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México, A.C.
En una velada que se transformó en un viaje urbano por la historia periodística, política y social del país, fue presentado en el Castillo de Chapultepec este volumen que contó con el apoyo para su publicación del Conaculta, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Estuvieron presentes los periodistas Cristina Pacheco, Humberto Musacchio, Rafael Cardona, el cronista Armando Ramírez, la investigadora Martha Celis de la Cruz y Raúl Ramos Rivadeneyra, secretario general del Comité Ejecutivo de la Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México.
Ante miembros del gremio de voceadores y periodistas, Martha Celis de la Cruz, miembro del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, recordó que los primeros vendedores de noticias del siglo XIX hicieron mancuerna con los periodistas para contar la realidad del México posindependentista, en el cual se abrió la puerta a la libertad de expresión.
“Entre 1824 y 1834 surgieron sin embargo algunas leyes que prohibían la venta de periódicos por parte de los voceadores, alegando que este gremio provocaba un arbitrio sobre la noticia que sólo correspondía a las autoridades. Poco después también se atacaría el voceo de noticias alarmantes en cada esquina”.
La investigadora afirmó que el castigo para los voceadores era, en el caso de los hombres, participar en la construcción de canales para la ciudad y para las mujeres, trabajar en cárceles y hospitales. Además se prohibió a los voceadores colocar los periódicos en lugares públicos si estos atacaban a personas o instituciones.
Cristina Pacheco dijo que el conocimiento, la libertad y la disciplina son palabras que describen a este gremio que ha acompañado las transformaciones de México.
“Los voceadores, cuando pregonan, son como las campanas de una ciudad, pero también son duendes, son voces que cantan, además de malabaristas y magos, porque al caminar nos están entregando el mundo a través de un periódico, por eso cada voceador se convierte con el tiempo en parte de nuestra familia”.
La periodista recordó a varios voceadores que conoció en sus aventuras en la crónica urbana, entre ellos al que solía vender afuera de la iglesia de Santa Rosa, acompañado de un perico o a la voceadora de Avenida Juárez que aprendió el oficio gracias a las enseñanzas de su abuelo.
“Los voceadores se equiparan también a los músicos callejeros porque andan siempre cantando la noticia, para terminar, como decía Monsiváis, rindiendo homenaje a un amor perdido”.
Por su parte, Armando Ramírez, también recordó a un voceador que solía sentarse en el patio de la vecindad donde creció y que invitaba a los niños a practicar la lectura leyendo noticias.
“A través de esas lecturas nos enterábamos de todo lo que ocurría en el país. La noticia que más me impactó fue la de la tamalera que hizo cachitos a su marido porque la maltrataba”.
Recordó que aquel voceador llamado Donaciano fue el que lo enseñó a leer e incluso lo acompañó varias veces por las avenidas de la ciudad para vender los diarios.
“Era todo un arte cruzar entre los coches gritando un extracto de la noticia. Había que hacerlo con intención, porque de lo contrario nadie lo pelaba a uno. Siempre he dicho que al tener a un amigo voceador uno puede entender más fácilmente el mundo”.
Rafael Cardona señaló que los voceadores son un fenómeno de sabiduría que saben más de la noticia que los propios periodistas, conociendo de antemano si una publicación va a tocar el corazón del público.
“Los editores son mandones y uno como periodista obedece sobre aquello que hay que cubrir, pero es el voceador el que nos dice si tendrá algún impacto, por ello, siempre he pensado que en este gremio se encuentra la verdadera alma de la vida nacional”.
En su alocución, Humberto Musacchio celebró la lucha que a través de las décadas han mantenido los voceadores del país para mantener vivo el eslabón de la circulación de ideas.
“En estos momentos, cuando nuestra nación enfrenta tantos retos, se debe reivindicar el derecho de mantener a la sociedad informada, por eso este libro celebra la historia de estos hombres y mujeres que son la pieza clave en la difusión del pensamiento”.
Finalmente, Raúl Ramos Rivanereyda, secretario general del Comité Ejecutivo de la Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México, mencionó que este volumen recoge el esfuerzo cotidiano de miles de compañeros que merecían que su historia fuera contada.
“Lamentamos la partida de Carlos Monsiváis, amigo de los voceadores y quien en esta edición que se enmarca dentro de las conmemoraciones de 2010, dio cuenta de nuestro oficio y vivencias, por eso también dedicamos este libro a su memoria y sus palabras, que nos hacen sentirlo más cerca que nunca”.