Las verdaderas vanguardias surgen de una profunda comprensión del pasado: Jorge Fernández Granados
Comunicado No. 1147/2010
29 de julio de 2010
***El autor participó en el ciclo Guías Literarias, del Centro de Lectura Condesa
En opinión del poeta Jorge Fernández Granados, para manejar el futuro hay que conocer el pasado, porque en los resquicios de la naturaleza humana, el arte de olvidar comienza recordando.
“Aquel que quiere realmente hacer algo nuevo, desintegrar la forma y construir la diferencia, lo primero que debe hacer es irse al más profundo de los pasados de donde él mismo surgió. Todas las culturas que realmente han cambiado su futuro, lo primero que han hecho es estudiar a fondo su origen”.
El autor, ganador de los premios de Poesía Carlos Pellicer, Jaime Sabines y Aguascalientes, participó la noche del miércoles 28 de julio, en el ciclo Guías Literarias, del Centro de Lectura Condesa, donde combinó la lectura de poemas con una charla con el editor Enrique Romo, director de este recinto del INBA-Conaculta ubicado en Avenida Nuevo León 91.
Durante la velada, Fernández Granados dio lectura a los poemas Los fantasmas, Reconciliación, Los muertos y Cada-ver, entre otros que han aparecido en libros como Los hábitos de la ceniza, El cristal, Principio de incertidumbre y La fábula del tiempo.
Granados afirmó que como poeta se ha percatado que la única manera en que el hombre puede ubicar cuál es su posición en la existencia, es a través del conocimiento de sus raíces.
“El pasado es un espacio al que hay que acudir forzosamente para saquear, investigar y entender, para saber la posibilidad y la pertinencia de acciones en un futuro. Mi generación, la de los sesenta, fue la de la ingenuidad, porque romper con una verdadera tradición no es quitarle las comas a los versos”.
Con humor, el poeta, cuya obra ha sido traducida al inglés, francés y chino, se jactó de los autores que creen que lo revolucionario se encuentra en poner en su obra la palabra “Ipod” en lugar de “telégrafo”.
“Todo eso, de tan gratuito, de tan ingenuo, provoca en realidad risa. Si se quiere escribir ¡Oh inteligencia, soledad en llamas!, no es posible tratar de impresionar poniendo guiones intermedios: Oh in-te-li-gen-cia, so-le-dad en lla-mas, las verdaderas vanguardias surgen de una verdadera comprensión y asimilación del pasado”.
Afirmó que contrario a la creencia popular, la tradición también puede devorarse, digerirse, convertirla en carbohidratos y desde ahí crear una nueva fuerza, un nuevo cuerpo.
“Aunque la metáfora es un poco biológica, estoy convencido que uno puede también comer de la tradición y nutrirse de ella, porque cuando esa fuerza está en el cuerpo, cualquier movimiento que se haga será vanguardia. Para mí la mejor definición de vanguardia la dio el poeta Matsuo Basho hace siglos: “Yo no quiero seguir el camino de los antiguos, pero busco lo que ellos buscaron”.
Consideró que los creadores que realmente quieren hacer vanguardia no deben buscar en la superficie, sino buscar la esencia de la ruptura y la transfiguración de la mutación que se han dado en diversos momentos de la historia de la humanidad.
“Esos momentos se han dado muchas veces, hace 500, hace mil años, hace 5 mil años, por eso creo que la idea francamente publicitaria de lo que hoy entendemos por vanguardia es sumamente ingenua. Yo diría que la vanguardia actualmente está en la tecnología, alguien que tiene que escribir mensajes en 150 caracteres para twittear, está usando un lenguaje más vanguardista que cualquier poeta de la colonia Condesa”.
Y agregó: Saber contar una historia, requiere de la destreza de dominar un lenguaje, su tiempo, su ritmo, sus vocablos, las imágenes, ahí fue donde me comencé a enamorar de la poesía, quería saber cuál era la mecánica, la ingeniería, la orfebrería para contar algo y que al hacerlo pudiera encontrar un concepto que me cambie la vida si es que éste llegaba a mi conciencia”.