SIQUEIROS DOCUMENTADO, TESTIMONIO DE UN PROCESO CREATIVO ABRE NUEVAS RUTAS DE ESTUDIO DE UNO DE LOS TRES GRANDES DEL MURALISMO MEXICANO

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Información: AS
Comunicado No. 495/2025
03 de julio de 2025

 

  • El libro recupera la obra íntima, experimental y combativa del muralista

  • Más de 30 años de investigación de la historiadora Irene Herner, se traducen en el análisis de 57 piezas que revelan la faceta de taller, exilio y cárcel de David Alfaro Siqueiros

La Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes fue el escenario de la presentación del libro Siqueiros documentado. Testimonio de un proceso creativo, resultado de más de tres décadas de trabajo de la historiadora Irene Herner, en colaboración con la doctora Mónica Ruiz.

Publicado con el respaldo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), el volumen reúne y analiza 57 obras de David Alfaro Siqueiros, algunas de ellas realizadas durante su reclusión en la Penitenciaría de Lecumberri entre 1960 y 1964.

En la sesión, que se llevó a cabo la noche del 2 de julio de 2025, además de las autoras, participaron la promotora cultural Mariana Pérez Amor, la galerista Alejandra Reygadas de Iturbe, el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Daniel Garza Usabiaga, y el coordinador nacional de Artes Visuales del INBAL, Gerardo Cedillo.

Para iniciar el diálogo, la directora general del INBAL, Alejandra de la Paz Nájera, agradeció a las autoras por el trabajo y reconoció: “Siqueiros documentado es una gran publicación que nos invita a redescubrir, repensar y complejizar la obra de David Alfaro Siqueiros, un creador referente del siglo XX mexicano y que se realiza en el marco de su cincuenta aniversario luctuoso, conmemorado en 2024”.

De la Paz subrayó el valor crítico de la obra: “Muestra muchas de las claves para comprender lo monumental. Las decisiones que toma en estas obras ayudan a explicar la producción artística en general, como los sujetos populares de sus composiciones, las técnicas cinéticas inspiradas en la cinematografía o el contexto político internacional al que recurre para exhibir distintas problemáticas sociales”.

Un trabajo de más de tres décadas

La historiadora Irene Herner recordó emocionada el largo trayecto del proyecto editorial: “Cada libro es una aventura larga y emocionante… Se concentra en la segunda oración de un dicho de Siqueiros: ‘Para mí no hay belleza que pueda compararse a la acción, ni la del arte por el que he dado la vida’. Pues, al fin y al cabo, la memoria de la vida es la dedicación. Y Siqueiros se dedicó a pintar y a pensar el concepto de arte público como una manera de participar con la reconstrucción de México después de la Revolución Mexicana de 1910, en la que fue soldado”.

También compartió el enfoque personal de su investigación: “Lo que realizo desde 1993 es una investigación y recuperación públicas de una extraordinaria colección de obras de carácter caballete que Siqueiros produjo durante su vida y especialmente en los diversos periodos en que estuvo encarcelado por su pensamiento y sus acciones políticas”.

La publicación se divide en nueve capítulos temáticos: Autorretratos, Infancias, Mujeres de México, Bailarinas, Lo grotesco, Paisajes, Árboles y flores, Imágenes del pueblo y Personajes.

A su vez el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Daniel Garza Usabiaga, explicó: “Estos acercamientos nos permiten ver estos pequeños grupos como si fueran exposiciones temáticas de la obra de Siqueiros, que al estar organizadas de manera cronológica nos permiten ver cambios y constantes en su producción”.

Garza Usabiaga resaltó en particular el tema de lo grotesco: “Aglutina la mayor parte de las obras que realizó en la cárcel... nos habla de la violencia estructural, la descomposición moral y la monstruosidad social que atravesó su época”. Sobre los paisajes dijo: “Incluso en un género tradicional y contemplativo como el paisaje, Siqueiros introduce dinamismo y experimentación. Sus paisajes volcánicos o cósmicos son metáforas de México: un país herido, erosionado por el conflicto, pero siempre fértil y capaz de regenerar”.

La creación en la cárcel como forma de resistencia

Herner recuperó palabras de Siqueiros sobre su experiencia en Lecumberri: “En la prisión pinté muchos paisajes. Aquello parecía una forma instintiva de evasión. El paisaje de México me venía a las manos cada vez que me preparaba para hacer algo. Sus inmensas distancias, la claridad infinita de su atmósfera... Trabajaba con la atención intelectual y fantástica de quien traduce en pintura solamente los sedimentos de la memoria”.

Mónica Ruiz, coautora del libro, subrayó: “Documentar cada pintura nos exige hurgar en los archivos para encontrar pistas y evidencias de su autenticidad, rastrear fuentes fidedignas, conocer a detalle su técnica y estilo, recuperar textos de contemporáneos y entrevistas. Cada cuadro es una historia, una ventana singular al universo plástico de Siqueiros”.

Ruiz destacó la complejidad de su arte en prisión: “Estos cuadros de caballete dan cuenta de la monumentalidad de lo pequeño, de la variedad y a la vez la consecuencia iconográfica del artista, de su notable capacidad para construir el espacio, de sus exploraciones poéticas y formales”.

Entre lo íntimo y lo monumental

Alejandra Reygadas de Iturbe, de la Galería de Arte Mexicano, habló del valor de las piezas reunidas: “Las 57 pinturas incluidas en esta publicación revelan aspectos esenciales del imaginario de Siqueiros, permitiendo al lector explorar facetas más personales y experimentales del artista. A lo largo de estas páginas asistimos a un diálogo constante entre lo privado y lo público, entre la experimentación técnica y el compromiso político”.

Sobre los autorretratos explicó: “El autorretrato opera como un microcosmos, un laboratorio donde el artista se interroga. Ensaya gestos, emociones y materiales que luego habría de transmitir en gestos monumentales”.

Acerca de la representación femenina señaló: “Las mujeres de México que aparecen en estos estudios de caballete condensan varios niveles de significado. Son madres trabajadoras, guerrilleras, campesinas, símbolos del mestizaje, pero son también cuerpos concretos atravesados por las tensiones de un país en constante transformación”.

Un legado vivo y comprometido

A su vez, Mónica Ruiz cerró con una reflexión sobre la importancia del libro: “Siqueiros documentado permite aquilatar el valor de estas obras no solo como estudios para sus murales, sino como testimonios plásticos de su compromiso social y su lucha contra la injusticia. Esta enorme labor de documentación es una acción de rescate, de comprensión histórica, pero también un ejercicio de diálogo contemporáneo, de reflexión sobre el papel del arte en tiempos de crisis”.

La historiadora Irene Herner concluyó: “El libro es un homenaje a 50 años de la muerte del pintor. Con estas obras damos cuenta de una parte de su producción que permanecía oculta y que hoy vuelve a ser pública y social, tal como él la concibió”.

Con Siqueiros documentado. Testimonio de un proceso creativo, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del INBAL, rinde homenaje a David Alfaro Siqueiros en el cincuentenario de su muerte, enriquece la memoria colectiva y abre nuevas rutas de estudio para generaciones futuras.

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