Muestra libro de Adriana Malvido a un José Clemente Orozco con todas sus virtudes y pasiones

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Información: JLB
Comunicado No. 1890/2010
24 de noviembre de 2010

***El joven Orozco. Cartas de amor a una niña, rescata las misivas enviadas por el pintor entre 1909 y 1921

*** Presentaron el libro Teresa del Conde, Sealtiel Alatriste y Fernando González Gortázar y Gregorio Luque  

El libro El joven Orozco. Cartas de amor a una niña, escrito por la periodista e investigadora Adriana Malvido, no sólo cuenta una historia de amor “un tanto cursi”, entre una jovencita de escasos 12 años y el que llegaría a ser considerado el mejor pintor de México, José Clemente Orozco, sino también hace el vivo retrato de la vida política, social y cultural de nuestro país durante la Revolución Mexicana, pues las misivas abarcan el periodo de 1909 a 1921.

       Coincidieron en lo anterior los intelectuales invitados a presentar el libro de Malvido, el escritor y editor Sealtiel Alatriste, la crítica de arte Teresa del Conde, el arquitecto Fernando González Gortázar y Gregorio Luque, en el Anfiteatro Simón Bolívar, del Antiguo Colegio de San Ildefonso.

       Malvido comentó que las 465 cartas inéditas que el artista escribió a Refugio Castillo, entre 1909  y 1921, le fueron entregadas por el periodista Julio Scherer García, “de inmediato descubrí que dichos documentos eran un tesoro, el tesoro más grande que había tenido en mis manos en toda mi vida”, destacó la autora.

       Refugio y José Clemente se conocieron en la Ciudad de México, cuando los padres de Cuca emigraron a la gran urbe; vivían en la misma vecindad. El amor a primera vista los llevó a escribirse todos los días, en una relación que perduró por más de una década. Sin embargo, para 1911, la familia de Refugio se trasladó a Sombrerete, Zacatecas, y la pareja se separó definitivamente, no obstante siguieron carteándose durante muchos años.

       “La estructura del libro es el contenido de las cartas, la autora le cedió paso a la voz de Orozco para que fuera el hilo conductor de su percepción de las cosas y los sucesos, incluso son las palabras de él las que nos hablan de los estados de ánimo de Refugio, de quien no se conservó la correspondencia”, explicó Alatriste, coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

       Adriana Malvido no se contentó con ordenar cronológicamente las cartas de Orozco (la mayoría no estaba fechada) y hacer un estudio introductorio, sino que tomó el camino más difícil, “se la jugó”, y reescribió en forma novelada la relación, y sobre todo el contexto histórico, que dio lugar a las apasionadas misivas.

       El libro refleja del artista su pasión, ideas, sufrimiento, inteligencia, ternura, violencia, poesía, dulzura, delirio, juego, neurosis, rebeldía y el deseo, siempre inalcanzable, siempre obstaculizado, de posesión de la persona amada.

       Teresa del Conde, quien además de ser crítica de arte es psicóloga,  consideró que la escritura íntima de Orozco, denota algunos complejos que persiguieron a lo largo de su vida al pintor.

       Consideró que Malvido “no cerró la puerta a su propia pasión novelística, por lo que las respuestas de Cuca están deducidas de las propias palabras de José Clemente, lo que no puede saberse a ciencia cierta es si esta historia de amor hiperplatónico es totalmente realista o bien se trata de una veta escritural suya, seductora y persuasiva, porque fue escritor y también afecto a escribir cartas”.

       Destacó que con anterioridad se dieron a conocer las cartas de Orozco a su esposa Margarita Valladares, que fueron escritas en los años veinte, a las que se suman ahora las cartas de amor juvenil del pintor.

       Del Conde estimó  que las cartas a Refugio “son tiernas, románticas, pródigas en todo tipo de quejumbres, cursis y, algunos casos reminiscentes de su niñez, y las expresiones amorosas suelen ser contundentes… El pintor, en el ambiente de la intimidad, no se cuida en mostrarse débil o chantajista, “contienen lamentos que indican estados depresivos”, por lo que Del Conde concluye que “Orozco posiblemente fue cicloide y proclive a lastimopatías”.

       El arquitecto González Gortázar, quien asesoró a Malvido en la escritura del libro, comentó que éste  permite al lector acercarse a un José Clemente Orozco prácticamente desconocido, pues en sus cartas “se evade permanentemente de la realidad” y “siempre encontraba un camino para huir”. Y concluyó que el amor que expresa Orozco en la misivas no fue consumado en la realidad.

       El arquitecto recordó que Cuca escribió a Orozco “desde hoy, suya”, por lo que comentó “Ella cumplió su palabra, Orozco no”. La maestra Cuca nunca se casó, pero sí conservó las cartas del pintor hasta su muerte.

       Gregorio Luque destacó la pulcra escritura de Malvido y advirtió que su libro tiene la capacidad de atrapar al lector desde las primeras páginas, pues la autora recrea el fresco de los acontecimientos sociales, políticos, del ambiente artístico y de la vida cotidiana de la Ciudad de México durante la Revolución Mexicana.

       Para finalizar Malvido habló sobre lo grato que le resultó trabajar este proyecto a invitación de Julio Scherer, “me dijo, ‘tengo un proyecto para usted, dígame si podemos hacer algo; me extendió una hoja y comentó, quiero que vea este material estúdielo y deme una respuesta’. Cuando tuve las cartas en mis manos, advertí la caligrafía de Orozco, supe que tenía un tesoro. ¡Claro que si se puede hacer algo!”, exclamé.