Difunde el Museo de Sitio de Cuicuilco la riqueza de la cultura prehispánica que se asentó en el lugar
Comunicado No. 34/2011
07 de enero de 2011
***El espacio, adscrito al INAH-Conaculta, muestra desde 1970 diversas piezas halladas durante excavaciones arqueológicas
Inaugurado en 1970, el Museo de Sitio de Cuicuilco, “lugar de cantos y ruegos” en náhuatl, difunde diversos aspectos culturales de los habitantes de este lugar, así como sus prácticas funerarias, religión y vida cotidiana. Este asentamiento fue cubierto en una erupción por la lava del volcán Xitle.
Cuicuilco se ubica sobre Avenida Periférico Sur casi en la esquina que forma con Avenida Insurgentes, en lado sudoriental. En el acervo de este pequeño museo, dependiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia del Conaculta, se muestra en una sala construida de manera circular en la que al final se halla una pintura del artista plástico Jorge González Camarena, titulada La erupción del volcán Xitle.
Esta sala puede ser recorrida en aproximadamente una hora y en ella se muestran los objetos descubiertos durante las excavaciones realizadas en esta muy importante zona arqueológica. Allí se pueden observar cráneos con deformaciones; piezas estéticas, en su mayoría femeninas; utensilios personales y domésticos, como navajas, vasijas, ollas y molcajetes; además de herramientas y joyas.
Asimismo, se encuentra en exhibición una escultura de piedra encontrada en la base de la pirámide de Cuicuilco. Es la única encontrada a la fecha del periodo Clásico de Mesoamérica (800 a.C.-200 d.C.).
Cuicuilco podría ser una de las ciudades más antiguas del Valle de México, contemporánea, y con probables relaciones con la cultura Olmeca, en la costa del Golfo de México, Veracruz y Tabasco, lo que se conoce como la zona nuclear Olmeca.
Hasta donde se sabe, fue el primer gran centro cívico religioso del Altiplano mexicano, su población probablemente incluía todos los estratos sociales y rasgos culturales que caracterizarían a las Altépetl (ciudades-Estado) de Mesoamérica Clásica.
Cuicuilco fue destruido y abandonado, a partir de la erupción del volcán Xitle, ocasionando migraciones y reacomodos de la población en la cuenca de México, la culminación fue la consolidación de Teotihuacan como centro rector del periodo clásico en el Altiplano Central.
En el sitio se pueden encontrar ocho de los múltiples edificios religiosos y habitacionales que existieron, e incluso los restos del sistema hidráulico que abastecía a la ciudad. Una de las pirámides fue construida en una posición estratégica, representando el primer intento entre los pueblos prehispánicos por relacionar los conceptos religiosos con el acaecer cósmico a través de una creación monumental.
Según las investigaciones, hace más de seis mil años los lagos de la cuenca de México eran de menor tamaño y mayor riqueza natural, lo que motivó que pequeñas aldeas se asentaran alrededor de ellos. Dos mil años después, entre tres mil 500 y cuatro mil a. de C., un cambio climático provocó que el nivel de estos mantos acuíferos se elevara considerablemente, debido a las constantes lluvias.
Dicho suceso desencadenó éxodos en busca de lugares más altos para que las personas pudieran protegerse. Una de estas aldeas migrantes era el antecedente inmediato de lo que hoy se conoce como la cultura cuicuilca.
En su andar, decidieron ubicarse en el delta de dos ríos: el Zacatépetl, hoy avenida Periférico, y el Cuicuilco, hoy avenida San Fernando. A esta ocupación territorial la acompañaría un elemento que, tiempo después, se convertiría en motivo de devoción: el volcán Xitle. Su origen data del año mil 200 a. de C.
Según especialistas en arqueología, los cuicuilcas tuvieron su gran acierto en la rigurosa observación que hicieron del medio, y aprovecharon las tierras cercanas a los volcanes por su riqueza mineral, gracias a lo cual comenzaron a desarrollar la agricultura.
Sus principales siembras fueron de calabaza, chile, chícharo y maíz, factor, entre muchos otros, que les permitió el control económico del sur de la cuenca de México. Además, la cuicuilca fue una cultura dedicada a la caza, pesca y recolección, alejada de las guerras e identificada con la paz.
Son pocas las piezas arqueológicas que se han encontrado relacionadas con la guerra como el Atlatl, una especie de lanza proyectada por una base que, en combinación con el brazo humano, lograba recorrer grandes distancias y ocasionar graves daños. Los cuicuilcas la utilizaban exclusivamente para cazar animales.
Una de las mayores atracciones del lugar es el gran basamento creado por los cuicuilcas para adorar al Dios del Fuego -Huehuetéotl-. La enorme pirámide es la expresión del nivel de desarrollo que alcanzó entre 800-600 a. C., ya que, según investigaciones es la fecha en que se construyó.
El sitio se compone de cinco conjuntos: el principal, Cuicuilco “A”, se ubica en el lado oriente de Insurgentes Sur en el cruce con Anillo Periférico; enfrente se localiza el conjunto Cuicuilco “B”, se encuentra en el Centro Deportivo Villa Olímpica; y al sur de éste, se encontró el denominado con la letra “C”.
Las investigaciones en Cuicuilco B demostraron que el desarrollo del sitio es producto de una dinámica interna basada en la producción de cerámica hacia 600-200 a. C.
Un poco más afuera del enrejado se encuentra el basamento de San Fernando que forma parte del Parque Ecológico de Loreto y Peña Pobre, y por último, en el área natural protegida conocida como Bosque de Tlalpan se encuentra la pirámide de Tenantongo.
El Museo de Sitio de Cuicuilco, ubicado en Periférico Sur e Insurgentes Sur sin número, colonia Isidro Fabela, Código Postal 14030, Tlalpan, México, Distrito Federal.
Abre sus puertas al público de lunes a domingo de 9:00 a 17:00 horas y la entrada es gratuita. La utilización de videocámara está sujeta a un pago de derechos.
El museo presta los siguientes servicios: andadores ecológico y arqueológico, tienda, vigilancia, sanitarios, estacionamiento y visitas guiadas gratuitas (previa cita). Para mayores informes, favor de comunicar al teléfono (55) 5606-9758.