Michael Nyman devela el trinomio: emoción, imagen y música

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Información: HBL
Comunicado No. 154/2012
26 de enero de 2012

***En el Palacio de Bellas Artes del INBA/Conaculta, el compositor británico presentó la cinta El hombre de la Cámara de Dziga Vertov, con música de su autoría

Paul Strand estuvo muy influido por la vanguardia cinematográfica soviética, abanderada por Sergei Eisenstein y por Dziga Vertov, este último creador del emblemático y vertiginoso documental El hombre de la cámara y quien a su vez estuvo pendiente de la creación de Strand en territorio mexicano.

En homenaje a esa retroalimentación que mantuvieron ambos creadores, fue que se proyectó la tarde del miércoles 25 de enero, en la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, esta cinta, como parte del ciclo “El cine de Paul Strand y sus contemporáneos”, que se presenta hasta el 15 de febrero en el marco de la exposición  en torno  a la vida y obra del fotógrafo estadunidense.

En la presentación estuvo presente el afamado músico británico Michael Nyman, creador de una de tantas bandas sonoras para este clásico de Dziga Vertov, quien compartió y develó al público el trinomio: emoción, imagen y música.

Nyman recordó que en 1929, Dziga Vertov se adelantó varios años a su época con este trabajo, legando a las nuevas generaciones de realizadores un nuevo concepto en lo que a edición y montaje se refiere.

Colaborador de cineastas como Peter Greenaway y creador de la banda sonora para clásicos contemporáneos como El Piano, Nyman señaló que la experiencia de realizar la banda sonora para este clásico de la cinematografía, casi setenta años después de su estreno, respondió a un sueño personal como creador.

“No traté de componer música para ajustarla a la estructura de la película, ni tratar de embonarla a la fuerza, sino establecer una línea narrativa musical que acompañara a la imagen sin ser demasiado ilustrativa”.

Dijo que al realizar una banda sonora para un filme que ha sido tan importante para varias generaciones de artistas, se debe de ser muy respetuoso y  no tratar de imponer una presencia musical.

“Muchos compositores han entendido esto cuando tratan de musicalizar otros clásicos como El acorazado Potemkin, cuya escena de las escaleras y sus notas musicales está tan arraigada a la cultura universal que es mejor tratarla con un gran respeto”.

El trabajo de Nyman abarca también ópera, composiciones para orquesta y cuartetos de cuerdas. En la década de 1960 cobró fama por ser uno de los primeros exponentes de la corriente “minimalista”, término adoptado por artistas de diversas expresiones para definir sus creaciones libres de artilugios ostentosos.

Entre sus bandas sonoras destacan también las de las cintas The Draughtsman’s Contract, The End of the Affair, Wonderland y A Cock and Bull Story.

El compositor comentó que su experiencia en la composición de bandas sonoras para el cine ha significado una constante lucha por comprender los sentimientos más íntimos de una historia, así como de la visión de los directores.

“Esto se impone aún mas cuando se trata de una musicalización en vivo, de ahí la necesidad de convertir a la partitura en un ente aleatorio y ensayar mucho, sobre todo porque Vertov impone en esta cinta un ritmo muy preciso y utiliza el recurso de la repetición de imagen”, dijo el músico, quien durante la próxima edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara ofrecerá una función musicalizada en vivo.

Amante de la música de México, de la música de Revueltas y de los barrios más emblemáticos de la capital, como la Colonia Roma, Nyman celebró que se realice esta exposición y ciclo en torno a Strand al que definió como uno de los creadores más vinculados a México a través de la imagen.

“Sin duda estas actividades en torno a Strand enriquecen no sólo a quienes son amantes del cine, sino a los fotógrafos, los músicos y quienes desean conocer más sobre esas figuras esenciales que marcaran los cánones visuales y narrativos del siglo XX”, concluyó Michael Nyman.