La pianista Déborah Silberer musicalizó en vivo cortos clásicos del cine mudo

R.M.
Ofreció este domingo dos presentaciones en la Cineteca Nacional.
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  • Música
  • Cine y artes audiovisuales
Información: GJB
Comunicado No. 2160/2009
28 de diciembre de 2009

***Ofreció este domingo dos presentaciones en la Cineteca Nacional
***Comparte su pasión por en este tipo de proyectos


Aquel silencio que los convirtió en clásicos del cine mudo fue irrumpido con las notas del piano de Déborah Silberer, cuya música inyectó de mayor vivacidad esas escenas que han pasado a la historia del séptimo arte universal.


       La pianista nacida en Bucarest, Rumania, protagonizó este domingo dos funciones especiales en las que musicalizó en vivo una serie de cortometrajes mudos, siendo la sede de esta experiencia sonora la Sala 3 Fernando de Fuentes de la Cineteca Nacional.


       Bajo el nombre de Cine mudo y música en vivo, el recinto programó estas funciones para despedir el año 2009, las cuales contaron con centenares de espectadores que disfrutaron de un espectáculo cinematográfico sin igual.


       Doce fueron los cortometrajes que Silberer cobijó con sus interpretaciones, las cuales exaltaron de manera precisa y oportuna cada una de las emociones y momentos vividos por los personajes de las cintas. La pianista lució su vasta experiencia en el terreno de la música y su pasión por el cine, pues cada una de las proyecciones se mostró en todo su esplendor con su musicalización.


       Se proyectaron piezas de Louis Lumière, tales como La salida de los obreros de la fábrica y La llegada de un tren a la estación. Así como una obra de Georges Méliès, El inquilino diabólico y otra de Buster Keaton, Una semana, entre otros cineastas.


       Pero el cortometraje que más cautivó a los presentes fue sin duda A la una de la madrugada, de Charles Chaplin. Una propuesta que, si por sí sola es espectacular por la carga de sentido del humor que posee, en estas funciones lo fue más con el acompañamiento de Silberer, quien logró que la música provocara una atmósfera sui géneris, ya que supo explotar cada una de las acciones cómicas de Chaplin con especiales sonidos que invitaron a la diversión.


       Durante una hora y media el público –en su mayoría juvenil– se deleitó con esta docena de cortometrajes y con la presencia de la concertista que, a pesar de tocar en la penumbra, transmitió su pasión por ser parte de este tipo de proyectos con el cine silente, en los cuales está inmersa desde hace década y media.


       Previo a la función de la tarde, quien fue pianista titular de la Cinemateca Real de Bruselas así como cofundadora y directora del Cinematógrafo Folía Lumière, compartió en entrevista las razones que la han motivado a musicalizar el cine mudo: “Es algo que disfruto mucho porque es ponerle vida a cintas antiguas y volverlas actuales”.


       Al preguntarle la dificultad que representa ponerle música a películas mudas, Silberer explica que el proceso no es tan complicado si surge empatía con las cintas: “Simplemente hay que agarrar el ritmo de la película y seguirla. En lo personal a mí me gusta mucho el cine antiguo, por lo que resulta una experiencia placentera”.


       -¿Cómo surgen los sonidos en su mente? ¿Tiene algo previamente ensayado luego de verlas por primera vez?


       “No estoy pensando tanto en la música porque ésta suena naturalmente en mi cabeza. En esta función en especial se trata de un proceso completamente de improvisación”.


       La pianista considera que su experiencia de 15 años en el acompañamiento musical del cine silente le ha permitido desarrollar más su sensibilidad para este género, lo que le da una mayor libertad en el momento de la creación musical durante una función: “Creo que esto me permito ser más arriesgada en mis proyectos”.


       -¿Qué tan complicado es que alguien quiera musicalizar una joya del cine mudo?


       “Creo que la clave está en que la persona se suelte, pero para eso ya debe tener un contexto musical que respalde su trabajo y logre así una libertad armónica. Al momento de que uno está musicalizando una cinta se debe olvidar de cualquier cosa”.


       -¿Eso significa que no hay que preocuparse tanto en la técnica, en el academicismo aprendido en las aulas?


       “No. Es muy importante tener la técnica para después soltarse. A lo que me refiere es que no hay que tenerle miedo a nuevas experiencias musicales”.

       Finalmente, Silberer dijo que por fortuna cada vez son más personas interesadas en realizar proyectos de musicalización del cine silente. Recuerda que cuando llegó a nuestro país no había tantas iniciativas similares como hoy, por lo que se muestra entusiasta de que existan más colegas contagiados como ella.