Recobra su majestuosidad el ex convento de Culhuacán como sede del Centro Comunitario de la localidad

  • Patrimonio cultural, arquitectura y turismo
Comunicado No. 348/2011
25 de febrero de 2011

***Se localiza ahí también el Museo de Sitio, adscrito al INAH-Conaculta  

Rescatado del abandono, el Ex Convento de Culhuacán vive hoy momentos de gloria porque se le cuida, se le restaura y se le da mantenimiento para poder mostrarlo con dignidad y presumirlo ante los miles de visitantes que anualmente acuden a sus instalaciones, afirma Miriam Hernández, directora del Centro Comunitario Culhuacán que tiene como sede este recinto.

        “Consentido y querido por el pueblo culhuacanense, pues la gente está al tanto de lo que se requiere”, en este monumento histórico, conocido también como Ex Convento de San Juan Evangelista, se llevan a cabo permanentemente diversas actividades educativas, culturales, artísticas y recreativas, pero es muy poco conocido por quienes viven en la Ciudad de México; falta difusión, afirma Miriam Hernández.

        “Nos hacen falta señalizaciones para que quienes nos quieran visitar no se pierdan. Nos hace falta también que la gente sepa que aunque estamos en Iztapalapa esto no representa riesgo, ni violencia, ni inseguridad. Y trabajamos en ello, en una labor de persuasión. Este año ya comenzamos a recibir turismo extranjero, lo que no ocurría con anterioridad”, indica la directora del Centro Comunitario.

        “A través de brigadas, trabajamos permanentemente en la difusión de este Centro Comunitario a nivel escolar, por lo menos en las colonias circunvencinas. Les ofrecemos a los escolares visitas guiadas con actividades en talleres. Y hemos logrado que vengan y se lleven una buena impresión de nuestras instalaciones y de lo que les ofrecemos”, indica Miriam Hernández.

        Enclavado en la Delegación Iztapalapa, este convento fue fundado como centro evangelizador por la orden de los frailes Agustinos y su edificación se registra en el siglo XVI entre la década de 1560 a 1570. En él se pueden apreciar murales religiosos representativos de la época pintados con maestría por los antiguos tlacuilos o pintores culhuacanos.

        El pueblo de Culhuacán fue seleccionado para la conquista espiritual porque fue considerado como uno de los centros con mayor trascendencia y tradición religiosa desde épocas tempranas en el periodo prehispánico.

        Paz y tranquilidad se respiran al recorrer los pasillos de este edificio construido con piedra de basalto volcánico y conformado en sus dos plantas por 12 claustros que fueron aposentos de los frailes agustinos. Cánticos gregorianos pueden escucharse en el patio central, en cuyo rededor hay árboles frutales como naranjos y limones. Pero también es un edificio vivo que a cada paso hace recordar la historia.

        La orden de los frailes Agustinos surgió en el siglo XIII, bajo los preceptos de pobreza, vida comunitaria y estudio.

        Los agustinos llegaron a México el 22 de mayo de 1533 y se instalaron en la ciudad de México y en otras regiones del país como Michoacán, Hidalgo, San Luis Potosí y Guadalajara.

        El establecimiento de los Agustinos en Culhuacán se caracterizó por la  conformación de un Seminario de Lenguas que tenía como finalidad enseñar a los frailes las lenguas indígenas, en tanto los nativos del lugar aprendían diversos oficios.

        Al sur del ex convento, aproximadamente a 50 metros, se hallan los vestigios del primer molino de papel de Latinoamérica que fue mandado construir debido a que la escasez de papel retrasaba la impresión de los libros religiosos para evangelizar a los pueblos indígenas.

        Los vestigios del molino de papel tienen poco tiempo de haber sido descubiertos. Una barda ocultaba el terreno donde se hallan los vestigios y era propiedad de una de las familias más antiguas establecidas en Culhuacán. Hoy, en ese sitio hay una placa que reza: “Plaza histórica del molino de papel de Culhuacán. Julio de 1989”.

        También se respira la historia porque se sabe que el Cerro de la Estrella, elEx Convento de Culhuacán, los restos del molino de papel y el centro del pueblo, fueron puntos de asentamiento, confrontación armada y, eventualmente, de fusilamiento en la época de la Revolución.

        El paso de los años y el abandono ha expuesto a este edificio en varias ocasiones a su desaparición, hay fotografías que así lo demuestran, no obstante que fue declarado monumento histórico en 1933.

        El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emprendió la tarea de restaurar el convento agustino en 1944 y en 1985 decidió conformar el Museo de Sitio, el cual hoy en día cuenta con siete salas, una de ellas habilitada como biblioteca y club digital donde se enseña computación al público en general.

        En tres salas del Museo de Sitio se encuentran piezas prehispánicas halladas en labores de restauración, entre las que destacan un bracero ceremonial y la estatua de Chicomecoátl (diosa de la fertilidad), la cual algunas visitantes quieren tocar directamente por lo que representa.

        Otra sala es la colonial, donde hay piezas referentes a la evangelización y se muestran piezas de las mayordomías de Culhuacán. Aquí hay dos piezas que destacan por su valor histórico, una puerta tallada del siglo XVI y un libro de bautizos de 1678 hasta junio de 1685.

        Hay una sala conocida como la Celda Agustina, en la que se muestra una reproducción de cómo vivían los frailes Agustinos.

        Y por último, está la Sala de Archivo Fotográfico, en la que se exponen imágenes de los procesos de restauración que ha tenido el ex convento de Culhuacán hasta 2003.

        Miriam Hernández, quien desde el año 2000 labora en este edificio como administradora, y desde hace un año desempeña labores como directora, indica que por una u otra razón a finales de los noventa el Ex Convento de Culhuacán volvió a sufrir un nuevo deterioro que se ha ido superando con acciones apoyadas de manera determinante por el INAH.

        “Cuando llegamos nos encontramos con que los frescos se desprendían de las paredes. Si se ponía una mano en una pintura ésta se desprendía de la pared. Estábamos invadidos por la humedad, y además había muy poco personal que pudiera servir de apoyo en estas labores”.

        Menciona que una de las primeras medidas tomadas fue solicitarle un diagnóstico a la Coordinación de Restauración del INAH y que los especialistas actuaran en consecuencia.

        “Ahora los guardapolvos (parte inferior de las paredes) del convento están pintados con pintura de cal y no de vinil y se construyeron aireadores y drenes perimetrales lo que permite una adecuada respiración de las paredes y contribuye totalmente a la conservación de los frescos”, afirma.

        Miriam Hernández explica que los eventos culturales apoyados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y acciones del INAH en la capacitación del personal han contribuido a que el Centro Comunitario recobre su dignidad y los habitantes le den la importancia que requiere un sitio histórico como este.

        “Mi experiencia ha sido muy grata en estos años porque hemos logrado que este sitio este nuevamente vivo; ahora lo que nos falta es mayor difusión y que la gente se anime a venir”, señaló Miriam Hernández.

        El Centro Comunitario Culhuacán cuenta a la entrada con un sitio denominado Parque Histórico que es utilizado como estacionamiento, pero que por sus amplias áreas verdes, familias enteras lo utilizan los fines de semana como área de esparcimiento.

        En la parte de arriba se haya el Foro Abierto, donde se llevan a cabo actividades de Alas y Raíces, apoyadas por Conaculta, y de grupos independientes como son conciertos de orquestas, danza árabe y regional, obras de teatro y bailes de salón.

        En el interior del ex convento de Culhuacán está lo que fue la sala de profundis, sitio donde se velaba a los frailes, y que ahora es denominada Sala Cristina Payán, en la que se presentan conciertos de música clásica, ópera y obras de teatro.

        Miriam Hernández insiste en encontrar la fórmula para que el Centro Comunitario de Culhuacán tenga mayor difusión entre la gente, por ello, dice: “En 2011 entra en funcionamiento la línea 12 del Metro y estamos planeando crear, en la estación que nos quedará cerca, un corredor turístico con fotos que hagan alusión al ex Convento de Culhuacán, porque de verdad vale la pena venir”.

        (Con información de Notimex/RGT)