Concluye segunda fase de limpieza de esculturas olmecas dañadas en enero pasado en Tabasco
" Comunicado Núm. 861 *** La última fase de intervención contempló, además de las 23 piezas atacadas, la atención del total de los 50 monumentos del Parque Museo La Venta *** Paralelamente se elaboró un dictamen técnico sobre el estado de cada una las piezas que servirá para determinar futuras acciones en materia de conservación Las 50 esculturas olmecas que se exhiben en el Parque Museo La Venta, en Villahermosa, Tabasco, fueron limpiadas en su totalidad por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), como parte de la segunda fase de intervención que culminó en días pasados, tras el acto vandálico registrado en enero que afectó 23 de las piezas. La restauradora Lilia Rivero Weber, titular de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, informó que junto con esta limpieza integral del acervo escultórico, se elaboró un dictamen técnico sobre el estado que guarda cada monumento olmeca, diagramas y un registro que especifica la composición y características físicas de las mismas. Señaló que los trabajos de limpieza de esta segunda etapa se efectuaron durante dos meses, luego de concluirse en febrero la fase emergente del retiro de manchas y realizarse posteriormente, durante casi un mes más, el monitoreo de las piezas afectadas ante la posibilidad de que emergiera el líquido arrojado y que fue absorbido dada la porosidad de las piedras con que fueron creadas las esculturas. La primera fase de emergencia aplicada tras la agresión del 11 de enero, consistió en realizar la inmediata remoción de las manchas del líquido vertido y compuesto por aceite, jugo de uva y sal. Dichas afectaciones en las 23 esculturas –entre ellas la emblemática Cabeza Colosal– fueron eliminadas a mediados de febrero, y tras casi un mes de monitoreo los restauradores del INAH procedieron a la segunda etapa de limpieza integral de las 50 esculturas. Esta segunda intervención implicó un lavado con base en agua destilada y canazol (sustancia no iónica conocida como jabón neutro diluido), cuya reacción produce suficiente espuma para higienizar las piezas y retirar suciedad, arcilla y microflora. Rivero Weber abundó que mediante lavados repetidos con dicho compuesto y el uso de cepillos de cerda suave, se pudo eliminar la suciedad que presentaba el conjunto escultórico, producida por la intemperie y el ecosistema tropical de la región. “Con esto, además de limpiarlas, se erradicó la coloración verdosa que presentaban las tallas (hechas en piedras basáltica, arenisca y serpentina) producto de moho y algas pequeñas”. Al mismo tiempo que se realizaba la limpieza, abundó la coordinadora nacional, se realizó una ficha de diagnóstico de cada una de las piezas olmecas, en la que se incluyeron aspectos como sus medidas y estado de conservación (exfoliación, erosión, faltantes, etc.), además de la elaboración de diagramas de las mismas. Previo a este registro, recordó Rivero Weber, sólo existía un registro muy sencillo y este dictamen técnico, permite conocer los perfiles de las esculturas (tallas, columnas, mosaicos) y determinar su grado de deterioro. La información reunida, dijo, será integrada a una base de datos que servirá para la toma de decisiones en materia de conservación. Las 50 esculturas proceden de la Zona Arqueológica de La Venta, ubicada en el municipio de Huimanguillo a 128 kilómetros de Villahermosa, considerado el sitio olmeca más importante del país. El Parque Museo La Venta fue creado en 1957 por el poeta tabasqueño Carlos Pellicer con el fin de proteger las esculturas, y actualmente es administrado por el gobierno del estado de Tabasco. Cabe mencionar que uno de los aspectos más relevantes de este acervo escultórico olmeca radica en su peso que va desde las cuatro toneladas en el caso de las pequeñas, hasta las 35 en las más voluminosas como el denominado Monumento 53. Finalmente, Rivero Weber destacó que el acervo de La Venta tiene mucha importancia al constituir el primer arte escultórico monumental del México prehispánico, y el principal testimonio de la cultura olmeca, cuyo desarrollo se ha ubicado entre el periodo del 600 al 400 a.C. [gallery]"
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Comunicado Núm. 861
*** La última fase de intervención contempló, además de las 23 piezas atacadas, la atención del total de los 50 monumentos del Parque Museo La Venta
*** Paralelamente se elaboró un dictamen técnico sobre el estado de cada una las piezas que servirá para determinar futuras acciones en materia de conservación
Las 50 esculturas olmecas que se exhiben en el Parque Museo La Venta, en Villahermosa, Tabasco, fueron limpiadas en su totalidad por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), como parte de la segunda fase de intervención que culminó en días pasados, tras el acto vandálico registrado en enero que afectó 23 de las piezas.
La restauradora Lilia Rivero Weber, titular de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, informó que junto con esta limpieza integral del acervo escultórico, se elaboró un dictamen técnico sobre el estado que guarda cada monumento olmeca, diagramas y un registro que especifica la composición y características físicas de las mismas.
Señaló que los trabajos de limpieza de esta segunda etapa se efectuaron durante dos meses, luego de concluirse en febrero la fase emergente del retiro de manchas y realizarse posteriormente, durante casi un mes más, el monitoreo de las piezas afectadas ante la posibilidad de que emergiera el líquido arrojado y que fue absorbido dada la porosidad de las piedras con que fueron creadas las esculturas.
La primera fase de emergencia aplicada tras la agresión del 11 de enero, consistió en realizar la inmediata remoción de las manchas del líquido vertido y compuesto por aceite, jugo de uva y sal. Dichas afectaciones en las 23 esculturas –entre ellas la emblemática Cabeza Colosal– fueron eliminadas a mediados de febrero, y tras casi un mes de monitoreo los restauradores del INAH procedieron a la segunda etapa de limpieza integral de las 50 esculturas.
Esta segunda intervención implicó un lavado con base en agua destilada y canazol (sustancia no iónica conocida como jabón neutro diluido), cuya reacción produce suficiente espuma para higienizar las piezas y retirar suciedad, arcilla y microflora.
Rivero Weber abundó que mediante lavados repetidos con dicho compuesto y el uso de cepillos de cerda suave, se pudo eliminar la suciedad que presentaba el conjunto escultórico, producida por la intemperie y el ecosistema tropical de la región. “Con esto, además de limpiarlas, se erradicó la coloración verdosa que presentaban las tallas (hechas en piedras basáltica, arenisca y serpentina) producto de moho y algas pequeñas”.
Al mismo tiempo que se realizaba la limpieza, abundó la coordinadora nacional, se realizó una ficha de diagnóstico de cada una de las piezas olmecas, en la que se incluyeron aspectos como sus medidas y estado de conservación (exfoliación, erosión, faltantes, etc.), además de la elaboración de diagramas de las mismas.
Previo a este registro, recordó Rivero Weber, sólo existía un registro muy sencillo y este dictamen técnico, permite conocer los perfiles de las esculturas (tallas, columnas, mosaicos) y determinar su grado de deterioro. La información reunida, dijo, será integrada a una base de datos que servirá para la toma de decisiones en materia de conservación.
Las 50 esculturas proceden de la Zona Arqueológica de La Venta, ubicada en el municipio de Huimanguillo a 128 kilómetros de Villahermosa, considerado el sitio olmeca más importante del país. El Parque Museo La Venta fue creado en 1957 por el poeta tabasqueño Carlos Pellicer con el fin de proteger las esculturas, y actualmente es administrado por el gobierno del estado de Tabasco.
Cabe mencionar que uno de los aspectos más relevantes de este acervo escultórico olmeca radica en su peso que va desde las cuatro toneladas en el caso de las pequeñas, hasta las 35 en las más voluminosas como el denominado Monumento 53.
Finalmente, Rivero Weber destacó que el acervo de La Venta tiene mucha importancia al constituir el primer arte escultórico monumental del México prehispánico, y el principal testimonio de la cultura olmeca, cuyo desarrollo se ha ubicado entre el periodo del 600 al 400 a.C.
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