El próximo 28 de noviembre se inaugura la exposición "1909: un tren directo a la Revolución"

  • Patrimonio cultural, arquitectura y turismo
Comunicado No. 1951/2009
20 de noviembre de 2009

***La muestra fue preparada por el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero para celebrar el Centenario de la Revolución Mexicana

***La exhibición estará acompañada de un programa de actividades paralelas, entre las que destaca el espectáculo cómico teatral Desde el tren vi venir la Revolución y la presentación al público de la Locomotora de vapor FCM 40

1909: un tren directo a la Revolución, es la exposición que el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos abrirá al público este 28 de noviembre. Su propósito es brindar una mirada crítica a los últimos años del régimen porfirista, cuyo desarrollo económico sentó sus bases en la expansión de los ferrocarriles, a los que Porfirio Díaz consideró la esperanza de un futuro próspero, pero que en los hechos agudizó la dependencia frente al exterior, la concentración de tierras, el sojuzgamiento interno, la concentración de la riqueza en unos cuantos y el empobrecimiento de la mayoría, así como la exaltación de lo ajeno y el menoscabo de lo propio.

        Hasta 1875, en México se habían construido apenas 570 kilómetros de vías y para 1910, hacia el final del gobierno de Díaz, la red ferroviaria superaba los 20 mil. El país contaba con un kilómetro de ferrocarril por cada 100 kilómetros cuadrados y 13 kilómetros de vía por cada 10 mil habitantes. Sin embargo, este crecimiento no trajo beneficios equitativos al territorio nacional, pues siempre estuvo condicionado a las actividades económicas e industriales de mayor auge. En este sentido, hubo estados y ciudades con mayores beneficios en el desarrollo de los ferrocarriles como Aguascalientes, la ciudad de México, Guadalajara, Toluca, Chihuahua, Saltillo, Durango, Mérida, Veracruz y Torreón.

        Los ferrocarriles mexicanos fueron construidos y explotados en gran medida por empresas extranjeras que recibieron del gobierno porfirista importantes estímulos en efectivo, en tierras o en la exención de impuestos, dos de ellas, la Stándar Oil Co y la Casa Speyer, que operaban las líneas de Ferrocarril Central Mexicano y la Ferrocarril Nacional de México, respectivamente, entraron en un fuerte conflicto que desembocó en la mexicanización de los ferrocarriles ocurrida en 1908.

        A la par del crecimiento de las vías ferroviarias aumentaron también los problemas agrarios. La tierra aumentó su valor en el mercado, se hizo más penetrable y, por tanto, se intensificó el despojo a los pueblos indígenas que habían mantenido una forma de organización propia, tradicional, heredada de siglos y que el desarrollo del capital no había logrado desaparecer. A su paso, el ferrocarril incentivó la expropiación de tierras a favor de personas o empresas, incorporando a los campesinos despojados como mano de obra en la misma construcción de vías. De igual forma, el ferrocarril propició la migración hacía las regiones con mayor desarrollo económico que ofrecían mejores posibilidades de trabajo y de pago.

        Por otra parte, la apertura gradual del comercio y la llegada de artículos de alta tecnología fueron desgastando la artesanía local y generando una incipiente clase obrera que se enfrentó directamente al gobierno de Porfirio Díaz. Los artesanos comenzaron a perder su posición segura dentro de la vida social, económica y política y se enfrentaron a la proletarización. Muchos de los nuevos obreros vivían en barracas bajo condiciones laborales de explotación que contribuyeron a la crisis social. En este contexto, las revueltas de Cananea, Sonora en 1906 y la de Río Blanco, Veracruz en 1907, destacan como antecedentes determinantes en el estallido revolucionario.

        Si bien, durante el régimen porfirista el ferrocarril contribuyó a la modernización del país al apoyar el fortalecimiento de la infraestructura con proyectos como el Desagüe del Valle de México, inaugurado en 1900 y la modernización de los puertos de Veracruz, Salina Cruz, Tampico, Tamaulipas y Manzanillo; también sirvió como arma política para reprimir rápidamente cualquier sublevación, como fue el caso de Río Blanco. Quien habría de decir que años después, este eficiente medio de represión se transformaría en los caminos de la Revolución.

        1909: un tren directo a la Revolución abordará todos estos elementos de modernidad y crisis que caracterizaron la expansión ferroviaria durante el gobierno de Porfirio Díaz mediante cuatro salas temáticas: “Infraestructura ferroviaria de principios del siglo XX”, “Hacienda e industria en el porfiriato”, “El ferrocarril y la modernidad en México” y “Vida cotidiana”. En ella el público podrá admirar colecciones de la época como planos, fotografías, maquinaria, mobiliario y herramienta de trabajo de las industrias ferroviaria, minera, textil y agrícola; barcos a escala y diversos instrumentos utilizados en los puertos, así como objetos de uso cotidiano que dan cuenta de la desigualdad social que se vivía, tanto en el campo como en la ciudad, a principios del siglo XX.

        Dichas colecciones provienen de instituciones como: la Fototeca del INAH, la Filmoteca de la UNAM, El Museo Nacional de la Secretaría de Marina, la Universidad Autónoma de Puebla, mediante el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades; el Archivo General del Estado de Puebla, el Museo Comunitario de Ciudad Mendoza, Veracruz; la empresa Bombas Unión de Aguascalientes y el acervo particular de Susana Alfaro y Juan Manuel Celorio.

        La presente muestra estará acompañada de un programa de actividades paralelas como el espectáculo cómico teatral “Desde el tren vi venir la Revolución”, cuya primera temporada contempla presentaciones el sábado 5 de diciembre y los domingos 6, 13 y 20 del mismo mes a las 12: 00 y 14: 00 horas. También se presentará al público, el próximo jueves 19 de noviembre a las 12:00 horas, la locomotora de vapor FCM 40, construida por la Baldwin Locomotive Works en 1881 y considerada como la más antigua que se conserva en el país. Para el año entrante se tiene contemplado un ciclo de charlas, conferencias, conciertos y proyección de películas.

        1909: un tren directo a la Revolución, será inaugurada el próximo sábado 28 de noviembre a las 11:30 horas en el edificio principal del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos y permanecerá abierta al público hasta mayo de 2010. Calle 11 Norte 1005, Centro Histórico de Puebla.