En política, las etiquetas han resultado torpes como herramientas de análisis: Erika Pani
Comunicado No. 2007/2009
30 de noviembre de 2009
***La investigadora coordinó los dos tomos de Conservadurismo y derechas en la historia de México, que hoy se presenta hoy en el marco de la FIL de Guadalajara
La historia no está para juzgar sino para analizar a profundidad hechos y procesos, advirtió la doctora en historia Erika Pani, quien agregó que en política las etiquetas han servido más para identificar, ensalzar o descalificar que para describir y explicar; y que si bien han sido eficientes como elementos de retórica, han resultado torpes como herramientas de análisis.
Coordinadora de los dos tomos de Conservadurismo y derechas en la historia de México, estudio que forma parte de la colección Biblioteca Mexicana que dirige Enrique Florescano, coeditada por Conaculta y el Fondo de Cultura Económica (FCE), refirió que esta obra que se presenta hoy en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2009, intenta mostrar lo que hay detrás del enfrentamiento que desde 1810 a la fecha han sostenido dos fuerzas, dos proyectos de nación: conservadores y liberales, derechas e izquierdas.
La también investigadora de El Colegio de México (Colmex), explicó que la obra que analiza esta dicotomía a lo largo de los siglos XIX y XX, tiene su origen en un problema de la historiografía sobre México, que es la forma en que los conservadores han sido encasillados en un molde que aparentemente no cambia y que los identifica como antidemocráticos, reaccionarios, que miran hacia atrás, que son los malos del cuento.
Pero, observó, hay otra historia: la conservadora, en la que sus militantes son siempre buenos, preocupados por el verdadero ser de la nación que conocen mejor que los liberales, porque el pueblo mexicano es católico, tiene una cultura hispana, etc. De suerte que destrabar este maniqueísmo, es el objetivo de este trabajo.
Conservadurismo y derechas en la historia de México reúne ensayos de la propia Erika Pani, Alfredo Avila, Catherine Andrews. Rafael Rojas, Cecilia Noriega, Adriana Gutiérrez Hernández, Guadalupe Gómez-Aguado, Conrado Hernández López, Elías Palti, Brian Connaughton, Laura O’Dogherty, Luis Barrón, Elisa Servín, Ariel Rodríguez Kuri, Soledad Loaeza y Silvestre Villegas, entre otros.
La especialista en historia del siglo XIX, explicó que se trazaron dos metas: por un lado, ver cómo se ha hecho hasta hace poco la historia de las ideologías políticas en México, que plantea la existencia de un Liberalismo (con L mayúscula) y un Conservadurismo (con C mayúscula), ambas con rasgos provenientes de Europa, pues existe la creencia de que las ideologías nos vienen de allá, pero que en el trópico aparentemente se descomponen, por lo que ni el liberalismo lo es de verdad como tampoco el conservadurismo.
Por el otro, al enfocar momentos de polarización política, desentrañar lo que estaba entonces en juego; rescatar la dinámica del enfrentamiento político, más que describir los fundamentos de una ideología. “Dejar que los conservadores se describan a sí mismos, en contextos puntuales”, observó Pani.
Resaltó entre los hallazgos obtenidos a lo largo de los distintos casos que se estudiaron, la dificultad de reconocer al otro como un contrincante en una lucha en la que a veces se ganan y en otras se pierde. “Se ha tendido a ver en el otro al enemigo mortal, al ente en el cual está cifrada la destrucción del país. Ese tipo de animosidad en la lucha política, ha nublado nuestra percepción de las propuestas. Por ello, nos dimos a la tarea de tomar coyunturas precisas en las cuales ciertos grupos se organizaron políticamente, ya sea para controlar el cambio o para resistirse a él”.
Mencionó que hay casos muy interesantes: Alfredo Ávila explora las razones y estrategias de aquellos políticos novohispanos que se opusieron a la Constitución de Cádiz; Rafael Rojas las posturas de los republicanos, convencidos de que desde las páginas de un periódico (El Conservador), rechazaron el radicalismo que llevó a la presidencia a Vicente Guerrero y a la quema de El Parián.
Por su parte, Catherine Andrews, Cecilia Noriega y la propia Pani, buscan desenmarañar la complejidad del juego político, durante las primeras tres décadas de vida republicana, en busca del régimen posible.
Los textos de Guadalupe Gómez-Aguado, Adriana Gutiérrez y Conrado Hernández López, se reflejan y dialogan entre sí al tratar de la oposición, inicialmente retórica y finalmente armada, en contra de la Constitución de 1857. Gómez-Aguado y Hernández, analizan dos periódicos emblemáticos, a través de los cuales los conservadores articularon y defendieron sus posturas; Hernández López, reseña –para los años de la guerra intestina– aquellos elementos que también hacen la política: simpatías personales, lealtades familiares, ambiciones y resentimientos, el accidente y la sin razón.
En el caso de Charles Hale, dijo que su artículo sobre Emilio Rabasa, sirve de puente entre dos siglos, y entre el mito liberal y el revolucionario. En opinión de Erika Pani, la biografía de Rabasa reflejan la compleja trayectoria del liberalismo y el conservadurismo; la Revolución además, marcó el surgimiento de un nuevo conservadurismo, en el que la defensa de la Iglesia deja de ser prioritaria, desplazada por la oposición a “los excesos democráticos y populares, y la defensa de la propiedad”.
Indicó que los vaivenes, empalmes y rechazos, alianzas y rupturas de las derechas en México, exploradas por Soledad Loaeza y Elisa Servín, se explican tanto por la consolidación de un “Estado revolucionario” y autoritario, como por la transformación de los referentes mundiales con el surgimiento de la URSS, las experiencias totalitarias y la aparición del mundo bipolar.
Acerca del trabajo de Ariel Rodríguez Kuri, quien incursiona en la segunda mitad del siglo XX, periodo poco trabajado por los historiadores, para indagar sobre los diversos resortes y mecanismos que constituyeron aquella “mayoría silenciosa” que miró con recelo los movimientos estudiantiles de finales de 1960, aunque “populares” y de “izquierda”.
En opinión de Erika Pani, el discurso ha sido en el siglo XIX de corte liberal y en el XX revolucionario, porque ese ha sido el mecanismo que le funcionó a la clase política. El mito del liberalismo y la Revolución, le dio una forma peculiar al discurso político. “Entonces hay que retomar estos lenguajes como instrumentos en una batalla que, además, creo que en México ha sido excepcionalmente intransigente”.
Reconoció que si bien la descalificación mutua es parte del juego político, los autores al no ser políticos, dejaron de lado la descalificación del rival para revisar las propuestas. Esto con el fin de que el lector pueda entender que ubicar a alguien como de derecha o conservador no describe ninguna postura. “Quitamos la etiqueta y tratamos de ver qué hay abajo”.
“Creo que dejar a un lado la idea de que la historia de México es este choque eterno entre izquierda y derecha, esa lucha entre los que ven hacia adelante y los que voltean atrás, entre buenos y malos, permite rescatar propuestas muy interesantes, mismas que en no pocas ocasiones han logrado consolidar ciertos avances”, puntualizó.
En síntesis, Erika Pani consideró que podemos hablar de ganadores y de perdedores, pero no de buenos y malos. No es una cosa de bondad o maldad, es una cosa de habilidad, de visión. “Hoy, con acciones como las de las 17 legislaturas estatales que revirtieron la despenalización del aborto en ciertos casos, hace difícil que cualquier gente pensante se identifique con la derecha; mientras que en ámbitos como el académico, calificar a alguien como de izquierda es un cumplido”.
Erika Pani hizo notar que en México –al igual que en Estados Unidos, Francia y España–, han surgido derechas radicales con las que es imposible identificarse. “Tenemos una derecha que se ha vuelto estridente en temas personales, de moral y han alejado la mirada sobre qué vamos a hacer con el país. Es una derecha vacía de propuestas y que se ha abocado a cuestiones absurdas”, concluyó.
Conservadurismo y derechas en la historia de México, volúmenes I y II, coordinados por Erika Pani, se presenta este lunes 30 de noviembre, a las 18:00, en la Feria Internacional del Libro Guadalajara, Salón D, Área Internacional.