La Compañía de Titeres Mochavin llega al Museo Regional de Acambay

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Comunicado No. 0/2012
16 de mayo de 2012

El Museo Regional de la Cultura Otomí “Antonio Ruiz Pérez”, abre sus puertas a la colección de títeres antiguos del coleccionista Ramón López López, quien presenta en el patio central de este recinto, la recreación de 7 escenarios para igual número de espectáculos que la Compañía de Títeres Mochavin solía presentar en Mérida y ciudades aledañas durante las primeras tres décadas del siglo pasado.

El Museo Regional de la Cultura Otomí “Antonio Ruiz Pérez”, ubicado en la cabecera municipal de este municipio, abre sus puertas a la colección de títeres antiguos del coleccionista Ramón López López, quien presenta en el patio central de este recinto, la recreación de 7 escenarios para igual número de espectáculos que la Compañía de títeres Mochavin solía presentar en Mérida y ciudades aledañas durante las primeras tres décadas del siglo pasado.

Esta exposición temporal, permite apreciar a detalle la meticulosa dedicación empleada en la elaboración de los títeres animales y humanos, así como los accesorios. Estas piezas, artesanales fueron elaboradas con tela y madera. El curador de esta exposición, Salvador López indicó que: “Los rostros se fabricaron a partir de una base de madera que permite el movimiento de párpados y boca; los detalles de la piel, nariz y orejas se crean con cartón; los ojos son de vidrio y las pestañas y el pelo en la mayoría son de materiales sintéticos, aunque hay también algunos con pelo natural”.

Un mago con dos ayudantes, un gato y un esqueleto; cuatro músicos jarochos con sus instrumentos, ataviados con elegante traje de manta, sombrero de palma y paliacate y una representación de un Teatro del pueblo, que incluye el escenario y más de 40 espectadores, son parte de la colección de Ramón López López que permanecerá en este museo hasta el 10 de junio. Posteriormente, la Compañía de títeres Mochavin como lo hiciera en se época dorada, continuará su gira a otras ciudades y aunque no realizará funciones, continuará sorprendiendo al público que visite los museos dónde se presentará.

Los rostros de estas piezas, elaboradas artesanalmente, contrastan dramáticamente con la imagen tierna y pulcra de los títeres actuales, los integrantes de la Compañía Mochavin y sus enigmáticos gestos, son muestra de la imaginación y creatividad de los fabricantes; las bailarinas de Can Can tienen un rostro grotesco cargado de maquillaje. La enigmática mirada retadora del mago, más cercana a un hechicero, infunde un sentimiento de temor en el observador que inmediatamente hace pensar en la reacción de los primeros espectadores que aterrorizados presenciaron los movimientos de estas figuras.

El buen estado de conservación, permite al visitante apreciar los mecanismos de funcionamiento empleados en cada uno de ellos. Un dato curioso es que la cruceta solo servía para mantener fijo al títere, mientras que los movimientos se lograban moviendo con los dedos de ambas manos la combinación necesaria de hilos.

Conocedor del valor cultural e histórico de estas piezas que le da la experiencia como restaurador y valuador de arte, López López adquirió hace tres décadas esta colección integrada por aproximadamente 100 piezas, posee además otra invaluable colección de títeres de barro que elaboraban los niños indígenas para su propio entretenimiento, la cual  espera presentar próximamente.

La curaduría de la muestra, permite apreciar la cantidad de hilos que estas piezas requieren para lograr la diversidad de movimientos incluso de párpados y boca, y aunque estas piezas no han cobrado vida en los últimos 80 años, el cuarteto de músicos jarochos; el encantador de serpientes; el mago y sus ayudantes así como el grupo de gitanos y los artistas del cabaret, parecen estar atentos a su llamado para la siguiente función.

Este museo se ubica en la calle de Alfonso Navarrete no. 4, esquina 5 de mayo, en Acambay, Estado de México.