El 2 de octubre de 2006 de los restos del antiguo centro ceremonial de México-Tenochtitlan volvió a surgir una diosa: Tlaltecuhtli, una deidad que “a todo color” y en su iconografía, hace referencia al ciclo vida-muerte, a la tierra como devoradora de cadáveres.

Tras años de investigaciones y un arduo proceso de restauración, el importante hallazgo arqueológico del relieve mexica de la diosa de la tierra, Tlaltecuhtli es exhibido en el Museo del Templo Mayor.

El monolito tiene dimensiones espectaculares y conserva su policromía original, lo que resulta una valiosa oportunidad de poder admirar esta escultura en todo su esplendor.