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Aguadear: Tornarse poco firme o débil. Foto: Víctor Manuel Hernández González
¿Acaso es posible capturar miles de sentimientos a través de miles de miradas; guardarlos en jaulas de papel y mantenerlos a disposición de los curiosos? Quizá suene ambicioso, aunque sólo sea el principio del sueño. Inundados por el tropel cultural fortuito que ofrece Baja California Sur —los vocablos que desconocieron, aquellos códigos sociales que les causaron asombro y gracia, el mar y el desierto en un binomio aún más increíble cuando se le ve (ver para no creer)—, un grupo de fotógrafos, escritores e investigadores emprendieron la tarea de capturar la identidad sudcaliforniana a través de su léxico, vertido en fotografías:
La empresa de crear un diccionario fotográfico al que titularían ABCS. En un principio tomaron como referencia El habla popular en Baja California Sur del historiador Gilberto Ibarra Rivera, un libro que contiene el mayor registro actual del vocabulario sudcaliforniano a partir de los primeros años del siglo xx. Pensaban recorrer el estado de punta a punta disparando con sus cámaras. Fue entonces cuando se advirtieron pequeños. Como comenta la coordinadora de fotografía Paulina Cortés: “La identidad no la resuelve una persona sino que es algo colectivo”. Fue entonces cuando el equipo de abcs decidió entregar el diccionario a la gente, para dejar que la percepción colectiva dictara el camino.
Apoyados por la iniciativa privada, logrando canalizar recursos de convocatorias artísticas federales, estatales y municipales, asegurando convenios con instancias culturales, y beneficiados por aportaciones personales, iniciaron una campaña de difusión con una convocatoria que llegaría a todos los rincones de Baja California Sur. Invitaron a cualquier persona que tuviera lo necesario para tomar una fotografía y enviarla por correo electrónico a formar parte de ABCS.
La convocatoria tuvo un impacto inmediato. La coordinadora general de difusión en el proyecto, Mayra Gutiérrez recuerda que la gente se detenía en la calle a leer las bases de participación; sonreían al imaginar qué imagen enviarían para ilustrar las palabras cochi, churea, aguadear, mé, berrendo o sinquecharse. La página de registro estaba por todos lados, y de todas partes empezaron a llegar fotografías. Izhar Gómez, editor fotográfico de ABCS, en un principio comentó que “no pensaron que la invitación tuviese mucho impacto”.
A partir del 11 de febrero de 2011 quedó abierto el registro. Para el mes de mayo, más de tres mil quinientas fotografías se encontraban en la página www.abcs.com.mx, casi cuatrocientas personas registradas, y sitios tan apartados como Alemania, España, Argentina y República Dominicana se conectaron a través del diccionario, y felices se vieron obligados a prorrogar la convocatoria hasta el día 11 de junio.
La respuesta de la gente se debió, principalmente, a que ABCS busca ser el primer proyecto que involucra a todos los sudcalifornianos en la elaboración de un producto con fines culturales, de preservación y promoción de la propia identidad. En el diccionario se encuentran fotografías de gran valor histórico, registros de cuando el estado era territorio federal y los habitantes de la zona eran llamados terrisureños. Conviven imágenes de la vida cotidiana de los años veinte, treinta y cuarenta; y registros de la arquitectura francesa del siglo XIX en los pueblos mineros del norte. “No son pocas las personas que se remiten a los abuelos, ‘es que mi abuela habla así’, como excluyéndose, entonces, sí es importante cómo algunas palabras se van a rescatar, o, por lo menos, dejar documentadas”, señala Jorge Cancino, coordinador general del proyecto.
El diccionario es una ventana hacia el interior de la cultura sudcaliforniana, un vistazo a la evolución de un pueblo apegado a sus raíces lingüísticas, un testigo de la transculturización del sudcaliforniano, en palabras como guachar, troca o tobarear. No obstante es eso y más, pues la fotografía es un objeto intraducible, pero por todos comprendido; un lenguaje universal que en esta ocasión ofrece un sitio de identidad cultural, social, y antropológica a nivel regional, nacional y universal.
El objetivo es la impresión de cinco mil ejemplares. Cada biblioteca y escuela pública de todos lo niveles en Baja California Sur, contará con un abcs. También se obsequiará un ejemplar a las diez personas que envíen el mayor número de fotografías.
El proyecto no termina aquí. Se buscará donar a la mayoría de las universidades públicas de la república una de las joyas, con el fin de permear en los estados y dar a conocer a Baja California Sur como algo más que un destino turístico. Se diseñará una exposición rotativa en cada municipio de sudcalifornia, así como a nivel nacional en una segunda etapa de la misma, con una museografía que mostrará la participación de los oriundos, y su conceptualización de lo cotidiano, donde tendrán cabida las imágenes seleccionadas y las no seleccionadas.
Alejandra García, diseñadora gráfica de www.abcs.com.mx, explica que el sitio es el núcleo del proyecto, por lo que permanecerá en línea durante tres años, a manera de galería, donde se mostrarán todas y cada una de las fotografías enviadas por los participantes. Los organizadores se encuentran comprometidos con el proyecto hasta el desvelo; están profundamente agradecidos con las personas que hacen posible abcs, con los sudcalifornianos y con quienes han adoptado esa tierra como suya.