La revisión ha supuesto un esfuerzo de recuento y reflexión sobre la política cultural del periodo, entendida como el conjunto de orientaciones o directrices que rigen la actuación del Estado en el campo de la cultura. Ésta se ha expresado a través de programas y líneas estratégicas que los diversos organismos que componen el conaculta se comprometieron a llevar a cabo, cuyo rasgo fundamental fue la apertura a la participación de la sociedad, especialmente de los creadores e intelectuales, la descentralización o el desarrollo regional, la protección y difusión de todas las manifestaciones culturales que tienen lugar en el territorio nacional y en las comunidades mexicanas en el extranjero y el fortalecimiento de la soberanía e identidad nacional.

Ni el extremo de un sector cultural que se excluye de cualquier vínculo externo que pueda ser aplicado para evaluarlo, ni el de la consideración del trabajo cultural como susceptible de ser visto como una empresa con sus tasas de rendimiento e inversión son útiles para medir la eficacia del arte y la cultura. Existen factores cualitativos que se pueden resaltar cuando se analizan con detenimiento las acciones emprendidas: la excelencia de los proyectos realizados, la calificación alcanzada por los artistas formados en nuestros centros de educación artística, la capacidad institucional y de las audiencias para atraer a nuestro país a los mejores ejecutantes del mundo entero...