A fin de profundizar en las tareas de apoyo al Sistema Educativo
Nacional y para contribuir al fomento del hábito de
la lectura, particularmente entre la población infantil
y juvenil, la Red Nacional de Bibliotecas Públicas
alcanzó 6 100 recintos en operación, con los
que se duplicó el número registrado en 1988
y se amplió la cobertura al 88% de los municipios del
país.
El
propósito de brindar de forma permanente y gratuita
el acceso a los libros, se reflejó en las cerca de
80 millones de consultas que se realizaron anualmente, en
promedio, entre 1995 y el año 2000, en tanto que los
volúmenes en operación pasaron, en el mismo
periodo, de 22 a más de 30 millones.
A
lo largo del siglo xx, se consideró a la alfabetización
como la base del desarrollo social del país, y a la
lectura como medio de superación insustituible. Una
de las primeras preocupaciones de la Secretaría de
Educación Pública, fundada en 1921 por José
Vas-concelos, fue la de impulsar una cruzada nacional en el
terreno educativo, acompañada de la impresión
y distribución masiva de libros y de la creación
de bibliotecas públicas.
Por
varias décadas, correspondió a la Secretaría
de Educación Pública, a través de la
Dirección General de Bibliotecas, la tarea de incrementar
este servicio bajo la perspectiva de favorecer una Red Nacional.
Al recaer esta responsabilidad en el Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes a partir de 1988, se impulsó
un amplio programa de instalación de nuevos recintos,
de mantenimiento, consolidación y enriquecimiento de
los 3 047 espacios existentes, así como la promoción
de distintas actividades que incidieran en los procesos educativos
y en el hábito y gusto por la lectura.
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