De esta manera, los proyectos y acciones obedecerían a los intereses y prioridades establecidos por cada localidad, de acuerdo consus particulares necesidades, tradiciones y aspiraciones comunitarias.

Como un anexo especial, el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000 incluyó un listado de los programas sectoriales en los que se detallarían las estrategias, acciones y procedimientos de trabajo paraalcanzar sus objetivos en cada área. En dicho listado se preveía el Programa de Cultura para el periodo.

El Programa de Cultura 1995-2000

El 17 de enero de 1996, en el ex convento de Santo Domingo deGuzmán, en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca, se llevó a cabo la presentación a la opinión pública nacional del Programa de Cultura 1995-2000.

Ante un numeroso grupo de integrantes de la comunidad intelectual y artística de todo el país, representantes de las instituciones culturales de todos los estados, miembros de la comunidad académica, promotores culturales, representantes de organizaciones sociales, del sector privado y los medios de comunicación, el presidente de la República, doctor Ernesto Zedillo Ponce de León, señaló:

Para apoyar, reconocer y fomentar el quehacer cultural de los mexicanos, nos hemos congregado ahora con el fin de presentar el Programa Sectorial de Cultura 1995-2000.

El Programa incluye propuestas de todos los sectores que intervienen en la creación y en la difusión de nuestra cultura. Cumplimos así con las normas que rigen las tareas de la planeación pública, y expresamos nuestro compromiso y nuestra convicción sobre el papel que corresponde a la cultura en la sociedad y en nuestro tiempo.

[...] Por su significación como elemento de identidad y de integración nacional; por su repercusión en la calidad de nuestra vida, los trabajos de la cultura son uno de los pilares de la política social.

Como lo establece el Programa, el compromiso del Estado es promover, estimular, difundir y proteger nuestro patrimonio cultural. Su misión es poner los medios y los recursos al servicio de los creadores.

La tarea del pueblo, de los artistas, es crear, multiplicar, conservar los frutos de nuestra cultura y decidir los caminos que ésta debe seguir [...], la participación del Estado debe evitar toda intervención ideológica en los procesos de creación y de crítica.

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