El Estado ha reconocido como su único y fundamental papel el poner a disposición del creador los recursos que la sociedad destina a apoyar su trabajo y, al hacerlo, ha eliminado cualquier forma de condicionamiento, limitación o censura que sobre ese trabajo pudieron pesar, aun involuntaria o inconscientemente, en otros momentos.

El establecimiento del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, y de otros programas que funcionan bajo sus mismos principios, permitiría transferir a los propios creadores y especialistas en los quehaceres culturales, reunidos en jurados plurales, representativos y altamente calificados, tanto el papel de definir los criterios de evaluación y selección como de llevar estas tareas a cabo, sinintervención de funcionarios o miembros de las instituciones culturales. Se elevaría a principio el que en ningún caso llegue a ser una sola persona la que tenga la facultad o la responsabilidad de decidir al beneficiario o el destino de recursos que toda la sociedad destinaal apoyo de un proyecto de creación.

Este principio asumido para la asignación de los estímulos a la creación permitiría dar a esta función esencial de la política cultural sus indispensables fundamentos de imparcialidad, equidad y objetividad de acuerdo con la naturaleza misma de la producción artística y cultural. A partir de 1995, con este objetivo, el conaculta avanzaría, gracias a la evaluación de las experiencias de sus primeros años y a la labor de la comunidad cultural, en la depuración de criterios, bases de participación y reglas de operación de los distintos programas, lo que se traduciría en el perfeccionamiento de los mecanismos.

Por otro lado, sería también necesario desarrollar nuevos programas de apoyo para brindar atención también a disciplinas y especialidades artísticas y culturales hasta entonces no cubiertas, pero que era preciso contemplar por su importancia cultural.

De esta manera, gracias a la depuración de los mecanismos de apoyo a la creación, a la asignación de mayores recursos y a la multiplicación de las convocatorias o disciplinas atendidas, durante el periodo 1995-2000 el número de los apoyos otorgados a la comunidad cultural del país se elevaría en cerca de un 200% en relación con los que se habían asignado durante los primeros seis años de existencia del conaculta.

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