Cerca de la tercera parte del total de estímulos asignados, que ascendería a al rededor de 16 000, correspondería a proyectos, en su mayoría de carácter colectivo, en el ámbito de las culturas populares e indígenas. El propósito sería también fortalecer la capacidad autogestiva, la autonomía creativa y las prioridades de las distintas comunidades del país, con un escrupuloso respeto a su libertad de expresión y creación.

La gran relevancia de una cifra de estímulos como la que se alcanzaría en el periodo, no radica en su dimensión cuantitativa, sino en la realidad de que tras cada uno de esos 16000 apoyos hay en la inmensa mayoría de los casos una obra concreta realizada: una exposición pictórica, una película, una composición musical, un libro, una puesta teatral, una revista, una reflexión o una investigación que constituyen ya el patrimonio contemporáneo de México que, depurado seguramente por el tiempo, será el patrimonio cultural del futuro que reciban las siguientes generaciones.

En particular, destacaría el apoyo a las nuevas formas y lenguajes de vanguardia que hoy reclaman vías y medios de expresión para abrirse paso, en igual medida que lo reciben la difusión y el rescate del patrimonio cultural o la creación dentro de las disciplinas y géneros convencionales.

El avance tecnológico y las nuevas necesidades de expresión artística y cultural han transformado los medios y las posibilidades de producción y difusión de la obra de los creadores. El conaculta abriría la posibilidad tanto de programas de estímulos como de nuevos foros y canales al servicio de la experimentación y creación de las nuevas generaciones de artistas. Los programas del fonca, y espacios como el Centro de la Imagen, el Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes y el Centro Cultural Ex Teresa trabajarían intensivamente con esta orientación.

De esta manera, una buena parte de la creación artística y cultural del México actual es apoyada por los programas existentes, lo que significa una contribución tanto al volumen de la producción como a la excelencia, al propiciar mejores condiciones para la profesionalización o perfeccionamiento artístico y la concentración en la labor creativa. Ello, sin otro compromiso, para el creador, que el que representa la máxima dedicación al desarrollo de su vocación y talento, y la libre reciprocidad de entregar sus frutos, a través de múltiples espacios y canales de participación, a la sociedad que lo apoya.

atrás