· mecanismos financieros permanentes de acuerdo con la naturaleza de cada tipo de patrimonio monumental;

· proyectos de alto impacto social por su beneficio cultural y su papel coadyuvante al desarrollo económico y a la generación de fuentes de trabajo directas e indirectas;

· y por último, pero no menos importantes, fórmulas de colaboración internacional.

Infraestructura cultural

En el caso de la infraestructura cultural, antes que construir nuevos espacios o instalaciones por el hecho mismo de hacerlo, la prioridad sería mantener en las mejores condiciones posibles los ya existentes a todos los niveles: local, estatal, regional y nacional. El trabajo en este campo también seguiría varias vertientes:

· restauración, reestructuración museográfica y ampliación de museos nacionales y regionales en inmuebles también de gran valor emblemático y simbólico;

· ampliación y fortalecimiento de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, mediante su consolidación, el mejoramiento de la calidad de sus servicios y la ampliación de su cobertura;

· consolidación de la infraestructura artística y cultural de los estados de la República.

En este último punto cobraría especial relieve una acción sin precedentes en la política cultural mexicana: el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (paice), creado para acometer en todo el país, conjuntando esfuerzos y recursos de la Federación,los gobiernos estatales y municipales y la iniciativa privada local, el rescate, la rehabilitación y el equipamiento de inmuebles imprescindibles para el desarrollo de la vida cultural de las comunidades, tales como auditorios, teatros, galerías, museos y casas de cultura, entre otros. Este mecanismo financiero permitiría multiplicar por tres los recursos aportados por el gobierno federal, con lo que podrían llevarse a cabo más de 100 proyectos de gran consideración en este tipo de instalaciones en todo el país.

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