Cartel del II Encuentro de Cine Documental, 1998. Fotografía: Archivo

A partir de ese año, además de atenderse las insuficiencias de instalaciones y equipamiento, se hizo posible el programa de Opera Prima, destinado a la producción de películas de largometraje que incorporaran el trabajo y la creatividad de los alumnos del Centro. El secreto de Romelia, de Busi Cortés, en 1988 y La mujer de Benjamín, de Carlos Carrera, en 1990, fueron ejemplo de ello.

Como parte del proyecto de

difusión se creó, en 1990, el Festival Internacional de Escuelas de Cine (fiec), actividad en la que, cada dos años, se han exhibido cortometrajes elaborados por estudiantes de cine de todo el mundo.

En 1991 inició un ambicioso proyecto de ampliación y remodelación de las instalaciones del ccc, con el objetivo de profundizar su papel como centro generador y promotor de la cultura cinematográfica y audiovisual del país. Paralelamente las tareas de enseñanza, investigación y divulgación fueron reorientadas y fortalecidas.

Con estos antecedentes, el ccc concentró en los siguientes propósitos sus principales tareas entre 1995 y el año 2000:

* Favorecer un proyecto académico que respondiera a las cambiantes tendencias de la industria audiovisual.

* Formar profesionales del cine y otros medios audiovisuales de alto nivel de concepción y capacidad técnica, procurando su inmediata integración al medio profesional.

* Constituirse en un centro de reflexión, análisis y discusión del cine mexicano, participando activamente en la producción y difusión del cine joven.

* Asegurar un nivel de competencia internacional de las producciones de jóvenes mexicanos estudiantes de cine, a través de un programa de producción exigente y profesionalizado.

El cumplimiento gradual de estos propósitos condujo, asimismo, al establecimiento de dos programas que expresaron los conceptos y alcances académicos del ccc: uno de producción de películas y otro de divulgación, tanto a nivel nacional e internacional, de las actividades realizadas por el Centro.

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