Organización
A
partir de 1995, se reorientaron los mecanismos de trabajo
del cofic, que reúne a los representantes de las distintas
instancias responsables de la operación en cada una
de las ediciones del fic, para enriquecer los programas de
actividades y consolidar la participación del gobierno
del estado de Guanajuato en el Festival.
Desde
los primeros años de su creación, el festival
también contó con el apoyo de un Patronato que
logró un eficaz canal para integrar a la iniciativa
privada nacional y estatal dentro de los proyectos artísticos
y de difusión del fic; así como de una Sociedad
de Amigos, que agrupó a miembros distinguidos de la
comunidad.
La
capacidad de reunir esfuerzos colectivos, que caracterizó
al fic en los últimos años, se manifestó
también en la creciente participación de la
comunidad guanajuatense y en el fortalecimiento de la colaboración
entre los gobiernos federal, estatal y municipal, así
como de la Universidad de Guanajuato.
De
acuerdo con la política de cooperación y descentralización
que llevó a cabo el conaculta, el gobierno del estado
de Guanajuato participó en dos rubros fundamentales
para el desarrollo del Festival: el presupuestal, dentro del
cual se convirtió en la segunda fuente de financiamiento,
y el operativo.
En
este último, el gobierno estatal ofreció apoyo
técnico para los espectáculos, así como
para la adecuación escénica de los teatros que
acogieron las distintas actividades, tal es el caso del Juárez,
el Cervantes y el Auditorio del Estado. También respondió
a necesidades de seguridad, difusión local y asesorías
museográficas, entre otros aspectos.
Como
parte del apoyo en materia de infraestructura, puso a disposición
del Festival la ex hacienda de San Gabriel (patio central
y área para camerinos), así como los museos
del Pueblo, Diego Rivera y Olga Costa.
Dentro
de esta política de colaboración, el municipio
de Guanajuato desarrolló mecanismos para la seguridad
de los visitantes y cuidó particularmente que la publicidad
del fic se colocara correctamente, sin alterar las reglas
a las que está obligada una ciudad histórica
que ha sido declarada, por la unesco, Patrimonio Cultural
de la Humanidad.
|