Con
la finalidad de atender las necesidades de diversos sectores
de la población que, por sus características
socioeconómicas y geográficas, no tenían
acceso a los bienes y servicios culturales, la Coordinación
Nacional de Animación Cultural desarrolló distintos
programas artísticos, de promoción y capacitación
que a la vez propiciaron la creación de nuevos públicos
en todo el país.
Esta
política tiene su antecedente en 1993, cuando el Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes inició una serie
de eventos cívicos, culturales y recreativos destinados
a alentar entre distintos grupos de trabajadores, el gusto
por las manifestaciones artísticas.
Para
dar continuidad a estas tareas, en 1995 se crearon algunos
programas de apoyo que posibilitaron el acceso de amplios
sectoresde la población al conjunto de actividades
generadas por el conaculta, como fueron las tarjetas de descuento
Sépalo y Maestros a la cultura.
Sin
embargo, al reflexionar acerca de su composición, se
consideró que el núcleo "trabajadores"
no implicaba una definición de grupo específico,
y al conferirle tal uniformidad, resultaba sumamente compleja
su caracterización en el quehacer de la Institución.
Además,
había que tomar en cuenta la existencia de otros segmentos
poblacionales que, ya fuera por falta de hábitos, distancias,
ubicación geográfica, horarios o insuficiencia
de medios para el uso y disfrute de los bienes y servicios
culturales, deberían ser contemplados para su atención.
Así,
con la creación, en 1997, de la Coordinación
Nacional de Animación Cultural se cumplió con
el propósito de abrir y consolidar espacios para la
atención de estos grupos sociales tanto a través
de la oferta cultural del conaculta, como por el diseño
de programas específicos que respondieron a las particularidades
de los mismos sectores.
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