Como
un órgano con personalidad jurídica propia dependiente
de la Secretaría de Educación Pública,
el inah se integró, a partir de 1988, al Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes.
Está
conformado por numerosos y diversos centros de trabajo. Tiene
a su cargo museos nacionales, regionales, locales y de sitio;
zonas arqueológicas de pequeña, mediana y gran
magnitud; espacios académicos para la investigación
y la restauración, escuelas de educación superior,
archivos, fototecas, bibliotecas, librerías, tiendas,
monumentos históricos y espacios para la custodia de
bienes culturales.
A
partir de 1995, el proceso de planeación diseñado
para el corto y mediano plazo se basó en el diagnóstico
exhaustivo de la situación que presentaba el Instituto,
mismo que permitió identificar las principales problemáticas
en sus áreas sustantivas y analizar las acciones para
su corrección o modificación, así como
aprovechar avances y programas provenientes de las administraciones
precedentes.
El
diagnóstico, elaborado conjuntamente por las coordinaciones
nacionales y las direcciones centrales de área, presentó
un análisis objetivo del desempeño institucional
y una clara identificación de las problemáticas
y las estrategias positivas y negativas implementadas en el
pasado.
En
términos generales, tras reconocer la magnitud de las
labores realizadas por el Instituto desde su creación
y a pesar de los retos expuestos por el acelerado desarrollo
económico y social del país, el análisis
mostró una Institución con insuficiencias, algunas
de ellas significativas.
La
falta de inventario y control del universo que constituye
su área de trabajo impedía la planeación
óptima de actividades; la investigación se realizaba
de manera atomizada, disminuyendo eficacia y alcances.
En
materia de monumentos históricos, resultaban incipientes
las acciones de coordinación con las dependencias públicas
responsables de realizar en los ámbitos federal, estatal
y municipal, las políticas de desarrollo urbano, social
y económico.
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