La
conservación respondía a situaciones emergentes
y a estímulos externos, frenando proyectos de acción
preventiva y limitando
la
posibilidad de ampliar la atención programada del legado
cultural; en trabajos de restauración no se establecían
límites y diferencias entre las acciones de investigación
y conservación; el patrimonio bajo custodia se manejaba
de manera aislada por cada área institucional, reduciendo
la integración armónica de funciones y servicios.
Los
museos no contaban con una normatividad regular para llevar
a cabo sus trabajos; las exposiciones carecían de instrumentos
de planeación y no existía una política
cultural orientada a mejorar los servicios educativos.
Las
publicaciones presentaban un rezago con relación al
universo editorial, ya que tanto la distribución como
la comercialización mostraban deficiencias; los programas
para los planes de estudios no estaban actualizados en su
totalidad, asimismo era irregular la relación interinstitucional
en lo académico y administrativo.
Con
base en el diagnóstico elaborado, a partir de 1995
el Instituto Nacional de Antropología e Historia orientó
la labor de sus centros de trabajo hacia la resolución
o disminución de las insuficiencias que se encontraron,
impulsando un mayor acercamiento al perfil institucional necesario
para cumplir con sus funciones.
Investigación
de la Cultura
A
partir de 1995, las áreas centrales de antropología,
arqueología e historia del Instituto, mejoraron la
infraestructura para la investigación y se canalizaron
mayores recursos; se implementaron varias estrategias de consolidación
de la investigación, principalmente el apoyo a proyectos
multidisciplinarios de gran alcance con perspectiva regional
y colectiva, que ofrecieran una visión de conjunto
de la historia y cultura del país.
En
apoyo a la investigación se crearon las áreas
de Capacitación y Actualización, que impulsó
un ambicioso programa de diploma-
dos y cursos dirigidos a los investigadores; propiciando además
la vinculación y la Extensión Académica.
Adicionalmente,
se incrementó la dotación del equipo necesario
para el desarrollo del trabajo de campo y de gabinete, adquiriendo
cámaras fotográficas digitales para el registro
de piezas y monumentos, posicionadores de satélite
y aparatos para el levantamiento topográfico de sitios,
entre otras herramientas. Asimismo se impulsaron programas
de estímulos para investigadores, becas para
estudiantes
y trabajos de orden teórico-práctico elaborados
por docentes y alumnos. |