La
Coordinación se planteó un pleno respeto a las
iniciativas y proyectos de la sociedad e instituciones estatales
y municipales, a la vez que sumó sus propósitos
a los programas de trabajo de los organismos coordinados por
el conaculta en las entidades federativas, sin la necesidad
de ampliar las cargas administrativas y otorgando coherencia,
sustento y presencia nacional a la política cultural.
De
esta manera, la Coordinación tuvo la función
de servir como interlocutor y enlace entre las distintas áreas
del Consejo y las instancias estatales y municipales vinculadas
con el quehacer cultural, así como con las comunidades
de creadores y la sociedad en su conjunto, de manera que los
Programas Sustantivos contemplados en el Programa de Cultura
1995-2000 alcanzaran una presencia nacional.
Esta labor se realizó sin la necesidad de contar con
delegaciones que actuaran directamente en cada una de las
entidades de la Federación. La política de descentralización
se basó en la colaboración a partir de Convenios
Marco que sustentaron la puesta en marcha de programas conjuntos.
Política
integral de descentralización
De
1995 al año 2000 la descentralización de los
bienes y servicios culturales tuvo, entre otros objetivos,
promover proyectos comunes de colaboración entre los
tres órdenes de gobierno que dieron origen o ampliaron,
programas nacionales y regionales. De manera especial, el
conaculta estimuló la creación de Institutos
de Cultura o Consejos Estatales para la Cultura y las Artes,
en aquellas entidades que carecían de ellos. Dentro
del Programa Preservación del Patrimonio Cultural,
el CONACULTA a través del INAH y el INBA, desarrolló
importantes proyectos de conservación, restauración
y fortalecimiento de la infraestructura y difusión.
Asimismo, durante la presente administración, la UNESCO
inscribió en la lista del Patrimonio Mundial Cultural
y Natural 7 sitios, lo que permitió a México
contar con 21 bajo dicha categoría, y ocupar el quinto
lugar en número de sitios en el mundo y el primero
en América.
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