Con auspicio y apoyo del Programa Nacional "Alas y raíces a los niños", se implementó el subprograma "Extramuros en las escuelas", que llevó a escolares de zonas de la periferia de Tijuana, espectáculos artísticos didácticos y de entretenimiento. Entre 1995 y el año 2000, se atendió a alrededor de 73 000 niños y jóvenes.
       
Por otra parte, en el marco del Programa de Animación Cultural, el cecut diseñó uno similar al de la Coordinación Nacional del mismo nombre, que llevó eventos a los centros de confluencia comunitaria como plazas, parques y espacios alternativos, lo que propició la formación de nuevos públicos, facilitó el acceso y disfrute de las manifestaciones artísticas a sectores de la sociedad con menores oportunidades económicas, y difundió el trabajo de la comunidad artística tijuanense. Además, se impulsó el Programa de Cultura para los Trabajadores, que benefició mediante tarjetas de descuento, a 34340 empleados de 142 empresas einstituciones culturales, al otorgarles descuento en diversos servicios y actividades de la Institución.
       
Para propiciar una mayor participación del sector privado en el financiamiento de proyectos culturales, el cecut implementó estrategias que incrementaron su captación de recursos propios. Además, inició el Programa Procuración de Recursos para la Gestión Cultural, que mediante la creación de una Coordinación Ejecutiva dependiente del Patronato Amigos del cecut, logró contribuciones significativas del sector privado, particularmente para la instalación y funcionamiento del Museo de las Californias.
       
El Programa Ciencia y Cultura, diseñado para estimular el interés de la comunidad por el conocimiento y desarrollo científicos, motivó el acceso a eventos de divulgación sobre ciencias básicas, astronomía, anatomía e informática, en el marco de las actividades del Cine Planetario, la Sala de Video, el Jardín "Caracol" y la Sala de Ciencia, habilitada en marzo de 1999, para ofrecer exposiciones temporales interactivas a todo el público.
       
A dieciocho años de su creación, el Centro Cultural Tijuana se ha consolidado como un espacio singular en la frontera norte de México y ha contribuido de manera significativa al desarrollo cultural regional. Por su vocación y debido al alcance de sus programas, está llamado a profundizar sus tareas en el conjunto de la política cultural, en beneficio de una sociedad en constante cambio.
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