Catedral de México
Los problemas actuales de la Catedral de México se remontan a su época de construcción, cuando se registraron hundimientos de hasta 90 centímetros en la plataforma, que se corrigieron durante elresto del proceso con acciones diversas a lo largo de los años.
     
Para 1989 se volvió a poner de manifiesto que el proceso de hundimiento no se había detenido y que comenzaba a afectar seriamente la estructura, por lo que esta dependencia promovió la formación de un grupo de expertos nacionales para atender y resolver los problemas de hundimiento en forma definitiva. De esta manera, a partir de 1991 se iniciaron las obras consistentes en la perforación de lumbreras (perforaciones verticales cilíndricas) a diferentes profundidades, desde las que se practicaron perforaciones horizontales menores, que a su vez permitieron ir retirando porciones del subsuelo, con el fin de provocar pequeños hundimientos graduales y controlados en las zonas más elevadas de la plataforma catedralicia.
     Las obras continuaron durante este periodo lograndose, además de la eliminación de los incrementos en los hundimientos diferenciales, la reducción de estos, así como un efecto global de giro vertical de 88 centímetros hacia el norte de la plataforma sobre la que se asienta el edificio. De esta manera, se consiguió darle al conjunto condiciones geométricas mucho más favorables para su estabilidad.
      Por otra parte, el conocimiento adquirido sobre la mecánica de los suelos de la Catedral durante las obras, permitió visualizar y proponer acciones adicionales, realizadas a partir de 1997, para estabilizar en forma más efectiva el comportamiento del subsuelo mediante la aplicación de inyecciones de morteros y cementales a diferentes profundidades, de tal forma que se logró consolidar la recuperación geométrica.
     Los trabajos someramente descritos, da una idea de la importante labor que ha llevado a cabo la Dirección General de Sitios y MOnumentos del Patrimonio Nacional, misma que plantea los enormes retos que en los años por venir se habrá de enfrentar a fin de conservar y preservar la riqueza patrimonial con que cuenta nuestro país.
     Con la incorporación de dicha dependencia a los propósitos de la política cultural impulsada por el CONACULTA, el gobierno federal acepto un compromiso de propiciar un quehacer integral en este campo, cada día más necesario frente a las riquezas y diversidad del patrimonio cultural que caracteriza a la nación.

 
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