Las obras

 

Entre los artistas que cultivaron intereses primitivistas o animistas, que forman parte de la muestra, se encuentra Victor Brauner, quien estudió los jeroglíficos egipcios, así como los códices mexicanos prehispánicos, y cuya pintura Terre esprit (Tierra espiritual, 1963) da nombre a la exposición.

 

La femme cheval (La mujer caballo, 1949), obra de Wifredo Lam, revela las investigaciones del pintor sobre los símbolos y las formas espiritualistas afrocubanas. Sin título, (1947), de Max Ernst, evidencia el estudio de las máscaras africanas, realizado por el artista alemán, en tanto que Le grelotteur (El tiritador, 1959), de Jean Dubuffet, ofrece un impresionante ejemplo del estilo Art Brut que desarrolló con base en el estudio de las creaciones de artistas irracionales, carentes de toda formación, arte creado por enfermos mentales, presos y niños. El ojo del adivino (1965) de Carlos Mérida, da testimonio de la mezcla que hizo de la abstracción modernista y de los patrones mayas prehispánicos.

 

Los intereses animistas, vigentes en los sistemas de creencias de muchas culturas no occidentales, se revelan en varias obras de Tierra espiritual, como la obra textil Péndulo (1974) de Josep Royo, la cual resalta la rica textura de las fibras vegetales.

 

Un énfasis parecido en la belleza peculiar de la materia orgánica se pone de manifiesto en la fotografía Techo de paja (sin fecha) de Manuel Álvarez Bravo. La energía del oro y el metal oxidado se deja sentir en Mensaje XV, Levítico, XX: 18 (1959) de Mathias Goeritz. La Luna –pieza realizada por Goeritz en 1960, que hace referencia a la sabiduría celestial y la antigua espiritualidad relacionada con la luz del sol y la luna– encuentra ecos más contemporáneos en una pieza de luz cinética de Earl Reiback, Spring Tide (Marea primaveral, 1971) y en la fotografía de Wolfgang Tillmans titulada Moonrise Puerto Rico (Salida de luna Puerto Rico, 1995).

 

El paisaje, como tema y guía espiritual, desempeña una función importante en numerosas obras que se incluyen en la exposición, y facilita diversos experimentos con la abstracción. Costa (1973), de Rufino Tamayo, representa una de las pocas pinturas no figurativas producidas por él. In the Patio V (En el patio V, 1948), de Georgia O’Keeffe, es una obra que oscila de manera tenue entre la abstracción geométrica y la representación, está imbuida de los colores y la textura del paisaje desértico de Nuevo México.

 

El tratamiento misterioso y oscuro de paisaje pintado, reproducido en la litografía sin título de Peter Fischli y David Weiss, lleva a la pieza a una abstracción casi monocroma. Al tiempo que crean una forma abstracta en conjunto, las líneas vacilantes que Roberto Crippa presenta en Landscape (Paisaje, 1969) producen también una serie de formas anulares que evocan a aquellas generadas en el agua o la arena.

 

Con la presentación de obras de arte producidas en las últimas siete décadas, Tierra espiritual considera cómo diversos artistas han explorado lo espiritual a través de lo material, recurriendo a menudo a ejemplos estéticos creados fuera del contexto cultural de occidente. Sus investigaciones ofrecen una visión muy reveladora que ayuda a comprender de manera más amplia la historia continua de la abstracción, la espiritualidad contemporánea y nuestra relación con los materiales y las formas naturales de la tierra.

 

 

 

Tierra espiritual

Una revisión del acervo del Museo Tamayo Arte Contemporáneo

 

Museo Tamayo Arte Contemporáneo

Paseo de la Reforma y Gandhi s/n

Bosque de Chapultepec 11580, México D.F.

Horario del museo: martes a domingo, 10:00 a 18:00 horas

Domingos entrada libre

Hasta el 26 de julio de 2009