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Excavaciones en las Ajaracas y en las Campanas La casa conocida como "las Ajaracas" se localiza en la actual calle de Guatemala # 38, mientras que "las Campanas" se ubica en Argentina # 6. Aunque se encuentran afuera de lo que hoy es la zona arqueológica, en realidad fueron construidas sobre parte del edificio más importante de Tenochtitlan, el Templo Mayor. Como se puede observar en la ilustración, se ubican sobre las escaleras de la plataforma de penúltima etapa constructiva del templo principal de los mexicas.
El año pasado se pudo llevar a cabo una nueva temporada de excavación, debido a que el Gobierno del Distrito Federal dispuso que se efectuaran obras en este lugar. El PAU realizó las excavaciones correspondientes ampliándose a la casa vecina, mejor conocida como "Las Campanas". Para cuando se concluyó la excavación en ambos lugares, la escalinata anteriormente mencionada, quedó expuesta después de más de 500 años.
Gracias al auspicio del Gobierno del Distrito Federal a través del Fideicomiso del Centro Histórico y del apoyo de TGC Ingeniería S.A. de C.V., las excavaciones comenzaron un día 17 de enero del año 2000. Sin embargo, cabe decir que la investigación no culmina con el término de las excavaciones ni con la exhibición de los objetos, sino que es un proceso largo que continuará por mucho tiempo más. |
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La
temporada de excavaciones 2000, en la que se encontraron las ofrendas
dedicadas a Tláloc, no fue la primera intervención que hubo
por parte del PAU en las "Ajaracas". En el año de 1994,
se recuperaron las ofrendas 99 y 100, destacando el hallazgo de un magnífico
disco de pequeños mosaicos de turquesa, que, después de
cuatro largos años de restauración, actualmente se exhibe
en la sala 1 del museo.
Además
de haber recuperado información de tipo arquitectónico,
se encontraron 7 ofrendas, las cuales fueron numeradas del 101 al 107,
para continuar con los números progresivos asignados a las demás
que se ha excavado en el resto del Templo Mayor de Tenochtitlan. Estas
últimas siete estaban todas dedicadas al dios Tláloc y son
precisamente las que conforman este extraordinario hallazgo, que motivó
la exposición temporal. 
